Como tantos otros, sigo con creciente interés las evoluciones de los médicos españoles que marchan a otros países a trabajar. Las distintas iniciativas están cada vez mejor organizadas y comienzan a suponer una red de apoyo real para este difícil paso. Una de las más consolidadas es Spandoc, algunos de cuyos cursos he realizado.
El blog de Juan Simón, Salud, Dinero y ... Atención primaria presenta, desde octubre del 2014, una serie de colaboraciones de Isabel García Gimeno, médico de familia y actualmente directora de Spandoc. Isabel trabajó como General Practitioner (GP) en el National Health Service (NHS) británico de manera prolongada en el tiempo, concretamente en el Rushey Green Group Practice de Londres, alcanzando la condición de socia del mismo. Ella nos acercará a la realidad de la atención primaria del NHS, a sus luces y sombras, mediante una serie de entradas que ella misma confeccionará como colaboración en Salud, dinero y... atención primaria. La serie se titula SER MÉDICO DE FAMILIA EN EL REINO UNIDO y sirva esta entrevista a Isabel como presentación de la misma.
Isabel estudió Medicina en Córdoba e hizo la residencia de Familia en Jaén. Terminó la especialidad en 1994. A partir de entonces trabajó de médico de familia en Madrid. Mediante concurso oposición consiguió plaza de médico de familia en 1995 en el centro de salud Alcalde Bartolomé González (Móstoles, Madrid). Pero en 1999, con 31 años de edad se marchó a Londres. A partir de ese momento, todo cambió...
1. ¿A qué fuiste a Londres? ¿Qué pasó? ¿Por qué todo cambió, Isabel?
Sentía que, como médico de familia, en España no tenía más opciones de desarrollo profesional. ¿Qué estímulos me ofrecía el sistema español para progresar? ¿Docencia universitaria, promoción laboral, valoración de la labor clínica...? Se podría decir que cuando aprobé las oposiciones del INSALUD, antes de cumplir los 28 años, ya había alcanzado mi techo en el sistema. Esto me llevó a buscar otros caminos y decidí realizar el Master in General Practice de King’s College London.
Pero no me fui a Londres solo por eso. También es verdad que, si bien mis tres años de experiencia como médico de familia en Móstoles fueron gratificantes en muchos aspectos, también me fueron llenando de frustración, pues cada noche llegaba a casa exhausta y preocupada por haber tenido que hacer esa “medicina con prisas” a la que nos obliga el sistema español. Con prisas y con otras muchas trabas que no necesito detallar a los lectores de este blog, que las conocen muy bien. Necesitaba encontrar un lugar donde las cosas se pudieran hacer mejor.
Ese lugar resultó ser Londres. Ya había tenido una breve experiencia en 1995 en el curso de verano International Course in General Practice, cuando tuve ocasión de visitar un centro de salud londinense. Pero a medida que pasaba el tiempo en mi nuevo trabajo iba descubriendo todo aquello que había echado de menos… Libertad, apoyo, reflexión,… ¡Esto sí es ser médico de familia! me dije.
Por eso todo cambió. Re-descubrí mi profesión y empecé a disfrutarla mucho más. Ya no sería capaz de volver atrás. Y ya de vuelta a España, no puedo refrenar mi impulso de contaros a todos que “un mundo mejor es posible” y que aunque nunca va a ser perfecto, hay mucho que podemos hacer para mejorar el SNS, para que sea un lugar mejor para trabajar. Me consta que hay muchísimos compañeros brillantes llenos de lucidez y de ideas, pero aún sin suficiente apoyo de quienes pueden aplicarlas. Mi empeño es que cada vez más médicos de familia vean otras realidades más deseables para que tengan más fuerza para mejorar la nuestra.
2. Cuando decidiste quedarte como GP en Londres, ¿a qué renunciaste en España? ¿cómo reaccionó la familia?
Renuncié a estar cerca de la familia y los amigos, que no es poco. A la calidez de los compañeros de trabajo. A la seguridad ya adquirida de dominar un entorno y modo de trabajar. A la confianza de poder expresarte en tu lengua sin hacer esfuerzos a veces dolorosos y nunca tan efectivos como quisieras. Casi diría que al principio renuncié “a parecer inteligente”, que no es poco…. Con la excedencia renuncié a mi puesto concreto de trabajo, si bien no a una plaza en la zona.
A mi familia no le gustó demasiado que me fuera lejos, como ocurre en todas las familias, pero no era algo nuevo para nosotros. Mi padre renunció a lo mismo o más cuando se fue a trabajar a Colombia en la universidad y luego a Buenos Aires para la OMS, donde nací y viví hasta los 17 años. Mi madre renunció a heredar la farmacia de mi bisabuelo para casarse con mi padre e irse “a América” (que entonces estaba mucho más lejos). Crecí en un ambiente de fomento de la excelencia y la internacionalidad, por lo cual, aunque les pesara, no podían poner objeciones.
3. Los inicios son habitualmente inciertos, ¿cómo fue tu primer año de GP? ¿en qué sitio trabajaste ese primer año? ¿qué fue lo que personalmente más positivamente te sorprendió en tu trabajo al inicio? ¿y lo más negativo?
Fue una mezcla de momentos duros y alegres. Sí, fue duro, no puedo negarlo, a pesar de todas las “maravillas” que iba descubriendo.
Pasé un primer mes sin sueldo observando en consultas, y se me hizo corto. Por una parte estaba el idioma: se tarda mucho tiempo en hacer el oído y empezar a comprender lo suficiente, aunque tu nivel de inglés sea bastante avanzado como era mi caso. Por otra parte estaba el sistema: es bastante más complicado que el nuestro y hasta el último día estuve aprendiendo sobre sus mecanismos, recursos y vericuetos.
El máster era necesariamente a tiempo parcial, dirigido a médicos de familia “en activo”, por lo cual antes de matricularme ya me ayudaron desde King’s a encontrar trabajo. Me informaron de que en Rushey Green necesitaban dos médicos asalariados, de modo que contacté con ese centro y acordé con ellos la entrevista para el mismo día en que tenía otra entrevista para la admisión al máster. Todo un poco vertiginoso pero por suerte salió doblemente bien…
Lo que más me impactó positivamente en el trabajo fue el ambiente de tranquilidad y reflexión, la posibilidad de ejercer una medicina pensada. También el apoyo administrativo, como ¡tener una secretaria!
Lo que más me impactó negativamente fueron las instalaciones. Eran provisionales, aunque estuvimos allí 5 años. Se trataba de un edificio antiguo y poco cuidado, que además no se limpiaba con mucho esmero (el concepto de limpieza británico no está tan desarrollado como el español). A nadie parecía importarle demasiado, es algo normal allí. Yo no veía la hora de mudarnos al edificio nuevo, que llegó por fin en 2004.
4. ¿Hubieron momentos de dudas e incertidumbres en los inicios? ¿Estuviste a punto de hacer la maleta para volver a España por ello?
Mi duda principal era cuánto tardaría en sentirme cómoda en mi nuevo ambiente, cuándo dejaría de sentir el handicap del idioma y el desconocimiento del NHS. No lo suficiente para querer volver a donde ya sabía lo que me esperaba…
5. Por cierto, uno se va para hacer un máster de dos años y al final son casi diez, ¿cómo fue ese "momento de la verdad" en el que uno decide quedarse como GP en un centro de salud de Londres sin fecha de vuelta?
Había pedido permiso sin sueldo de 28 meses para hacer el máster. Acabado éste, seguía esperándome lo mismo que antes en España… de modo que no lo dudé demasiado, di el salto a la excedencia y renové mi contrato en Londres. No es que fuese fácil la decisión de quedarme, es que era más difícil la de volver. No tenía intención de que fuese para mucho tiempo: a la pregunta de cuándo volvería siempre decía “en dos o tres años”.
6. Durante casi 10 años trabajaste como GP en Londres, ¿siempre en el mismo centro de salud? ¿tuviste experiencia laboral como médico fuera de la atención primaria británica en algún momento?
Sólo trabajé en Rushey Green, no tuve otras experiencias laborales en el Reino Unido.
7. Por cierto, tu nivel de inglés es excelente... ¿gracias sólo a lo aprendido en el colegio?
Cuando tenía 6 años vivimos un año en Davis, California, donde mi padre hizo un máster en medicina preventiva veterinaria. Allí cursé primero de escuela primaria y aprendí a leer y escribir en inglés a la vez que mis compañeritos americanos de mi edad. Al principio tuve la ayuda adicional de un profesor particular, y al final del año de estancia, según me cuentan, sonaba como una niña nativa más.
En años siguientes, como el inglés del colegio era más básico, mi padre quiso que asistiera a una pequeña academia de nuestro barrio de Buenos Aires para no perder mi nivel. Recuerdo que me daba algo de pereza, y era un poco extraño pues me ponían con niños mayores (me tocó leer a Shakespeare, Oscar Wilde, George Orwell, etc. con 10-12 años), pero ahora le agradezco mucho a mi padre su insistencia de entonces.
También hablaba en inglés con los hijos de compañeros de mi padre, que eran de diversos países.Ya en España como estudiante universitaria, asistí durante un año a clases de conversación en una academia de Córdoba, pero lo dejé pues la carrera de medicina me demandaba demasiado tiempo de estudio. Procuré practicar inglés siempre que tenía ocasión con amigos extranjeros y en encuentros internacionales. Estudié varias asignaturas con libros en inglés (fisiología, anatomía patológica, farmacología, cirugía, medicina interna).
8. ¿Cuántos años trabajaste en Rushey Green? ¿Cómo fue el paso de médico asalariado a socio? ¿Qué responsabilidades añadidas suponía ello? ¿Tuviste que pensártelo mucho y darle muchas vueltas antes de aceptar? ¿Durante cuánto tiempo fuiste socia de Rushey Green?
Trabajé 9 años en RGGP. Durante los tres primeros (1999-2002) fui asalariada, pero sin resistirme a proponer e implicarme en mejoras organizativas. Esta iniciativa fue muy valorada por los socios, que me propusieron añadirme al equipo directivo. Lo pensé durante unos meses, pues suponía más responsabilidad y carga de trabajo, pero finalmente acepté porque sabía que de todas formas iba a hacer gran parte de ese trabajo gestor, pues no me puedo quedar quieta cuando veo que algo se puede organizar mejor. Fui entonces socia entre 2002 y 2008. Como parte de nuestro acuerdo de socios, podemos pedir un año sabático (percibiendo solo una parte de los ingresos habituales) en turnos. Lo solicité hasta 2009, por lo cual continué siendo socia ese año sin trabajar en RGGP.
9. Casi una década de GP en Londres no es cualquier cosa desde el punto de vista de las relaciones personales y profesionales. ¿Qué tal la relación con tus colegas en el trabajo? ¿Cambió a lo largo del tiempo? Y, especialmente, ¿cómo la describirías a partir de ser aceptada como socia?
La relación con los colegas y otros trabajadores es habitualmente muy cordial. Los ambientes de trabajo, lógicamente, son diferentes en cada centro. En el mío era bastante bueno, los socios inspiraban una cultura democrática y todos los que quisieran podían tener voz, respetándose todas las opiniones. Por eso no sentí un gran cambio de trato cuando pasé a ser socia.
En cuanto a las relaciones personales, en la cultura británica no se fomenta la amistad entre los compañeros de trabajo tanto como en España. Al menos así se vive en los centros sanitarios; parece como si se quisiera proteger las buenas relaciones profesionales evitando “contaminarlas” con relaciones personales que podrían perturbar con emociones el funcionamiento general.
10. Y sin embargo... volviste a España. ¿Por qué? ¿Cuál fue el desencadenante? ¿Cómo se lo tomaron tus socios de Rushey Green?
Volví sobre todo por motivos personales, echaba de menos a mi familia y amigos. Mis socios lo fueron viviendo gradualmente, al pedir el sabático ya sospecharon que quizá no volvería. No se lo tomaron mal, en Londres es normal un continuo ir y venir de gente, de hecho yo fui de las más estables.
11. ¿Por qué y cómo surgió Spandoc?
En Londres conocí a varios médicos españoles, que recibíamos con cierta frecuencia solicitudes de consejo de otros médicos que querían ir a trabajar allí. Pensamos que sería bueno darle forma a todo eso y crear unos servicios de apoyo a los médicos españoles recién llegados, que incluyera alojamiento para los primeros meses, profesor de inglés, etc. El nombre Spandoc surgió como abreviatura de Spanish doctors = médicos españoles, nuestros compañeros y sujetos del proyecto.
El gobierno británico ofrecía un programa de rotación introductoria para médicos extranjeros, de modo que nos acoplamos a ese programa. Desafortunadamente ese programa se discontinuó en 2006, cuando solo habíamos recibido a una “spandoquita”, que por cierto estuvo en RGGP y luego en otro centro de la zona algunos años.
Ese año el RU anunció que ya le sobraban médicos, por lo cual cambiamos la orientación de nuestro proyecto, yo diría que hacia una visión más positiva. Todos coincidíamos en las grandes ventajas que supone trabajar como MF en el RU, y a todos nos gustaría “transportarlas” a España. Por eso pensamos que un programa de estancias que permitiera a médicos españoles ver cómo se trabajaba allí sería muy beneficioso para el cambio de cultura requerido. Lo comenté con un grupo de directivos sanitarios de Barcelona que visitaron mi zona en 2005 y así surgió Spandoc Exchange, inicialmente con becas del Instituto de Estudios de la Salud de Cataluña.
Entretanto ya me habían ofrecido co-escribir el libro Primary Care English con la editorial Springer, y así comenzó la otra “pata” de Spandoc: la docencia del inglés médico, requisito indispensable para el conocimiento e incorporación de las ideas y actitudes que perseguimos fomentar.
Por eso somos Spandoc: Medical English & Doctors Exchange.
12. Spanish Doctors es un curso a distancia de inglés para médicos fruto de la colaboración entre el equipo docente de Spandoc y la Fundación para la Formación de la OMC, ¿Por qué deberíamos recomendar este curso? ¿Qué le hace distinto y mejor que otros?
Lo diferente es quiénes hacemos el curso, y derivado de esto, desde qué perspectiva enseñamos y con qué conocimientos contamos.
El equipo docente consiste en unos cuarenta profesionales, la mayoría de ellos médicos españoles bilingües con amplia experiencia de trabajo en países de habla inglesa. También contamos con varios nativos: médicos, enfermeras y profesores de inglés.
Otros cursos son diseñados por profesores de inglés con apoyo de médicos, el nuestro es al revés: diseñado por médicos con apoyo de profesores. Esta diferencia la notan mucho nuestros alumnos, y la agradecen enormemente.
Al tratarse de médicos que hemos pasado por el arduo camino de aprender inglés sobre el terreno, estamos en una posición idónea para enseñar al que empieza ese camino. Sabemos cuáles son las dudas y errores habituales, y cuáles las sorpresas que preferirán no encontrarse. Nuestro lema es “crear aquello que hubiéramos querido tener”.
Enseñamos desde la realidad, con escenas reales vividas por nosotros y comentarios de nuestra cosecha. Enseñamos lo que no viene en los libros, lo que solo te puede contar quien ha trabajado en inglés. Y esto vale no solo para quien quiera irse a trabajar fuera, también para los que quieran asistir a cursos y congresos, publicar, recibir visitas, etc.
En todo momento nos dirigimos a compañeros, más que a “alumnos”, solidarizándonos con sus dificultades y tratando de que este aprendizaje sea algo que puedan disfrutar. A veces pensamos “¡Qué suerte tienen! Si yo hubiera tenido aSpanish Doctors…”
13. Y tras todos estos años, ¿qué contacto y relación mantienes tras tu vuelta a España con Rushey Green? ¿Te arrepientes de haber vuelto? ¿Has vuelto a ejercer en tu plaza de médico de familia en España?
No me arrepiento, aunque me he vuelto a complicar la vida, pues volver a abrirse camino en España a base de iniciativas de mejora no es tan fácil ni gratificante como en el RU.
No ejerzo la clínica, no he reclamado mi plaza en excedencia de Madrid, no sería capaz de volver a una consulta de AP en España. Prefiero intentar ayudar a que el trabajo de AP, y de todo el sistema sanitario en general, mejore aprendiendo de otros países.
Voy por Londres varias veces al año y mantengo mi relación con RGGP por dos motivos: uno, que sigo siendo co-propietaria del edificio que alberga el equipo de atención primaria, otro, que de vez en cuando enviamos a RGGP a un participante del programa Spandoc Exchange.
14. Por último, Isabel, quiero agradecerte sinceramente tus respuestas a esta entrevista y, sobre todo, tu próxima colaboración en este blog que espero sirva a los lectores para conocer mejor el sistema sanitario público británico, en especial en el ámbito de la atención primaria. Si deseas añadir algo más, este es el momento.
Gracias a ti por esta oportunidad de hacer llegar a tus lectores el mensaje que llevo unos años queriendo transmitir a mis compañeros en España: un sistema mejor es posible.
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Isabel García Gimeno, en su consulta en Rushey Green Group Practice |