Estimado residente terminal,
Sé que en los próximos días concluyes el último año de formación como especialista y te debates entre marchar al extranjero o aceptar -con la promesa de ser por un tiempo limitado- las 20 horas que te ofrece tu Jefe (más una beca que podría complementar el salario y ser la base de la tesis, aunque también tendrás que cubrir la sala de ingresos y la agenda del jefe de sección cuando esté de bolos). También puedes realizar algunas guardias en diversos hospitales de la provincia.
Eres un joven prometedor, te lo hemos repetido todos los tutores; compasivo, reflexivo, entusiasta, y con una gran intuición clínica. El más firme seguidor del principio de Kelly: cuando uno no sabe que le ocurre a su paciente, lo mejor es preguntarle, porque quizás sepa contárnoslo. Sin embargo, he sido testigo de cómo, con el paso de los años, la formación práctica te iba decepcionando pues "se ha convertido en una FP", decías. También sé que varios clínicos veteranos, víctimas de burnout, han respondido a tu curiosidad y pasión de manera defensiva y acusándote de rebelde.
Te alejaste de los pacientes y te fuiste acercando a los académicos de la Universidad, aunque tu capacidad de juicio siempre fue mayor que tu necesidad de vínculo. Sensato y congruente, has mantenido un modelo teórico riguroso, criticando a muchos terapeutas que se definen como "eclécticos" cuando viene a significar que su principal argumento se basa en sus propias opiniones, sin otro hilo conductor. Lamenté que tuvieras que renunciar a tu amado proyecto de tesis. ¿Demasiado complicado, dicen?. Espero que el (enésimo) trabajo sobre psicosis y genética / neuroimagen / neuropsicología / prueba de moda, más factible, te permita obtener el dichoso título de Doctor y en un futuro puedas investigar lo que realmente te interesa. ¡De todas formas, que tu integridad ética haya sobrevivido a 2 ensayos clínicos con el Dr Infierno no es baladí!. Ya, ya sé que no lo puedes añadir a tu curriculum...
Tus compañeros todavía me escriben. María tendrá su segundo hijo y, aunque teme la reacción de su director de tesis, piensa solicitar reducción de jornada por un par de años. Ahora tiene muy claras sus prioridades, y más después de lo sufrido con el pequeño Mario. Juan dice que hace su trabajo, bien pero "sin regalar ni un minuto de más", y que la tesis la haga Rita (siempre me hizo gracia que su Jefa se llamara Margarita). Se ha metido más en el mundo del triatlón y de hecho prepara un Ironman. Estrella y Luís marcharon a Londres, Bea a Montreal, e Igor a Sydney. Tras unos inicios inciertos todos destacan el respeto a la investigación, la admiración por el mundo académico, la consideración de la sociedad por el papel del médico, y la buena valoración de la formación clínica de los médicos españoles. De quien no sabía nada era de Pedro; me cuentas que prosigue sus estudios de Gestión Hospitalaria. Realmente nunca le gustaron los pacientes ni las familias, en un futuro cercano tampoco le gustaremos los médicos...
A lo largo de los años he estado presente en vuestras discusiones sobre los problemas actuales de la medicina y sus posibles soluciones: María pensaba que la feminización de la medicina supondrá un gran remedio pues aportará decisiones y cuidados más empáticos; Juan defendía un modelo más biomédico y dejar de medicalizar problemas sociales como estar en paro, ser un nini o ser anciano; Estrella y Luís apostaban por la telemedicina y las Apps; Bea por reintroducir las humanidades; Igor por instaurar la Evidencia; Pedro creía que había que "rentabilizar los recursos humanos y técnicos existentes" -nunca explicaba cómo aplicar esta máxima- ...
En tu caso siempre has confiado que la salvación del modelo médico vendría por la toma de conciencia del paciente/cliente (nunca nos pusimos de acuerdo con el término)de su papel protagonista en la creación y desarrollo de los dispositivos de salud. Soy escéptico. No hay un pacto entre pacientes y médicos. No van a sacar la cara por un médico particular o por los profesionales en general. Como nosotros, no llegan a entender cómo les afectará la crisis sanitaria a medio y largo plazo. Pero no es algo exclusivo de nuestro país; tu estancia en EEUU te permitió ser testigo de cómo un individuo de clase media se puede arruinar si padece una enfermedad, ante la indiferencia de la mayoría de la población. Siempre nos gustó el poema Cuando los nazis vinieron ...
Lo que siempre os ha quedado claro es que las soluciones no vendrían de los senior ni de las Instituciones. Compartí tu indignación ante la acogida indiferente que recibiste por parte del Servicio de Ocupación del Colegio de Médicos y sí, me consta que las plazas de los hospitales y ambulatorios del Sistema Nacional de Salud, cuando existen, no suelen mostrarse entre sus ofrecimientos. Sólo muestran las ofertas de trabajo de las Mutuas, visitando pacientes cada 15 minutos, a 35 euros brutos la hora.
Hoy la gran lacra de mi generación, ya lo has sufrido, es la desmotivación. El médico trabaja de médico, ya no es médico. Se acabó el artesano, ha sido sustituido por el asalariado. De brujos a burócratas, como decía Guimón.
Hoy la gran lacra de vuestra generación es la fuga de talentos. De la Gran Guerra de 1914 se dice que acabó con lo mejor de la generación de jóvenes de Reino Unido, Alemania y Francia. Un siglo más tarde se puede decir que perdemos lo mejor de la generación de jóvenes médicos del Estado. Con pesar, y como muchos otros tutores, he comenzado a recomendar a todo residente que planifique su formación con el objetivo final de poder emigrar con el mejor bagaje posible. La respuesta es preocupante. Los más talentosos y ambiciosos marchan; los conformistas, pasivos, con peor formación (idiomas) o con carga familiar son los que se resignan a quedarse.
Algún imbécil piensa que los que marchan, volverán. Es el mismo imbécil que ha hecho que se vayan.
Cuando era un "joven residente prometedor y rebelde" me enseñaron que los libros y las novias no se prestan; "se sienten dolidos y luego no quieren volver". Añadamos hoy a los jóvenes médicos.
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Impresionante carta...pienso similar, así nos va y peor que nos irá como no se ponga remedio a esta desbandada. Muy interesante su blog doctor.
ResponderEliminar(Una MIR casi adjunta, pensando emigrar)
Si finalmente decides emigrar debes saber que todos los médicos que emigran, a pesar de momentos duros, suelen valorar la experiencia global como enriquecedora (humana y médicamente). El que más pierde es el Estado y el paciente, pues se sustituyen los médicos "ambiciosos" que marchan por gente muy joven o médicos extranjeros con menos capacidad de elección. España suple sus fugas con médicos de la Europa del Este y Sudamérica. Los médicos de UK que marchan a Australia o Emiratos son sustituidos por españoles, alemanes e italianos. Mucha, mucha suerte, y nunca olvides porqué decidiste ejercer de médico, aunque tu entorno no te deje ejercer en las condiciones más apropiadas. Será un placer conocer tu experiencia en unos años, "adjunta"!
ResponderEliminarCuando lo que todos pensamos aparece tan sintético y bien expuesto, llegamos incluso a pensar que todo esto tendrá solución. Muchas gracias Dr. Álvarez.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus amables comentarios, Enrique. No por esperada deja de ser una mala noticia la resignación de veteranos y noveles ante la situación actual. Espero que seamos capaces de desarrollar soluciones y que no se quede todo en un derecho al "pataleo".
ResponderEliminarMuchos médicos jóvenes deberían leer esta carta, excelente texto.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios, aunque preferiría que la leyeran los Responsables de Sanidad antes que los médicos jóvenes. Sin embargo, si se preocupasen en leer este tipo de información ya no tendríamos esa clase de problemas. saludos
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