El humor es como el sexo, cuando es consensuado se puede hacer de todo.
Al prestar atención a alguien en un contexto de humor (una viñeta, una reunión, un monólogo) o en un marco sexual, das consentimiento a explorar, y sino te gusta te retiras.
Si voy a ver a Ricky Gervais espero que me provoque, y da igual que haga bromas sobre pederastia, Ana Frank o Dios. La viñeta de humor de un periódico debería ser igual: el espacio del bufón. Si no te gusta te lo saltas. Como las páginas deportivas cuando ha perdido tu equipo.
Es correcto decir y hacer cosas en un marco sexual que serían ofensivas en otro contexto. Pero no se puede imponer tu humor o tu clima sexual a personas que no te lo han pedido.
Hay humor de calidad y humor malo, pero no humor correcto o incorrecto. Como el sexo.