"La mayor empresa de la mente humana siempre ha sido y siempre será el intentar vincular las ciencias con las humanidades" Edward O. Wilson
La relación entre medicina e investigación es compleja. La practica profesional debe estar asociada al hecho de investigar, ya que los casos acumulados permiten la producción de conocimientos específicos relativos al lugar de trabajo. Generalmente esta investigación de la práctica cotidiana se ignora por la falta de una valoración apropiada de la misma y por la ausencia de medios de recogida y análisis sistemático de los datos.
En un sentido contrario, la subespecialización ha promovido la adopción del rol de investigador especializado. Este rol distingue a los médicos que centran su actividad primordial en la investigación biomédica, constituyendo ésta su profesión.
En muchas ocasiones el epicentro de la investigación se desplaza hacia el descubrimiento de lo nuevo, en discordancia con las necesidades sanitarias.
Un ejemplo representativo es la Marató de TV3. Como se indica en la web:
"La Fundació La Marató de TV3 fue creada en 1996 por la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales con la misión de fomentar y promover la investigación biomédica de excelencia, así como la sensibilización social sobre las enfermedades de las que se trata en el programa televisivo La Marató de TV3, a través de campañas de participación ciudadana y actos de difusión y educación."
Este año 2016-17 la Marató está dedicada al Ictus y las lesiones medulares y cerebrales traumáticas. Una buena amiga participó, en su doble rol de médico y paciente afectada por una hemorragia cerebral secundaria a una malformación arteriovenosa.
Casi dos décadas después del ictus no presenta secuelas manifiestas, en otras palabras, un "éxito de la medicina". Sin embargo siempre ha criticado que el éxito en la curación de las enfermedades agudas no ha ido acompañado de un nivel similar de cuidados humanos por parte de los profesionales.
En las facultades de medicina, los valores vinculados a la competencia técnica no se ven acompañados de los valores relativos a la competencia humanística. De esta forma, los médicos han sido formados para curar más que para cuidar en una red asistencial más orientada a las enfermedades agudas que a las crónicas (la mayoría).
Pues bien, la Marató recauda dinero para investigación de enfermedades. Los proyectos son valorados por un comité de investigadores internacionales de prestigio. Lo que se gana en objetividad y cientificidad, se pierde en recursos dirigidos a programas para la atención directa y mejora de cuidados. Todos los proyectos subvencionados acaban centrándose en la genética o la tecnología (ciber), como ya pasó en la Marató de 2008 dedicada a los trastornos mentales.
De esta forma, el progreso científico se está convirtiendo en un obstáculo para el progreso social, pues la celeridad del primero hace que los sistemas sanitarios no puedan financiar el acceso universal y gratuito a todas las tecnologías sanitarias. Una solución es que la investigación especializada debe ser valorada según criterios de eficiencia social (¡Que investiguen ellos!, Jovell 1999)
En conclusión, el concepto de innovación debería afectar a todas las dimensiones del trabajo del médico y no solo a los relacionados con la investigación biomédica.
"Ciencia y Caridad" (1897), Pablo Ruiz Picasso |
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