"Mirar las cosas de cara, ser capaces de sorprendernos, tener curiosidad y un poco de coraje; saber preguntar y saber escuchar; evitar los dogmas y las respuestas automáticas; no buscar necesariamente respuestas y aún menos fórmulas magistrales" (Emili Manzano)

viernes, 29 de noviembre de 2013

PROBLEMAS CENTRALES EN EL DIAGNÓSTICO Y LAS CLASIFICACIONES EN PSIQUIATRÍA

A mi entender, los problemas fundamentales del diagnóstico y la clasificación en psiquiatría, tal como se recogen a partir del DSM-III en adelante, son los siguientes:

1- Se confía en una mezcla de lenguaje simple y técnico, con la esperanza de que tal aproximación pueda compensar la falta de auténticas descripciones operativas (e.g. "el ánimo es al humor lo que el tiempo al clima" (DSM)). Sin embargo está ampliamente aceptado que incluso el lenguaje ordinario contiene elementos  metafísicos heredados históricamente.

2- Existe una proclamación no justificada de que los sistemas de clasificación son ateóricos, a pesar de que múltiples términos cruciales (e.g. delirio, alucinación, disfunción, mental, somatización) o están cargados de conjeturas metafísicas (e.g. oposición implícita entre trastornos orgánicos y no orgánicos) o hacen referencia a hipotéticos procesos personales y no clínicos (e.g. noción de "inferencia incorrecta" en la definición de delirio; noción de disociación o conversión).


3- Existe un desprecio sistemático de la experiencia subjetiva del paciente como elemento diagnóstico o taxonómico. De hecho, no existen explicaciones sobre la subjetividad e intersubjetividad humanas ni en los manuales ni en los tratados dedicados específicamente al proceso de entrevista clínica  en psiquiatría.

4- Como consecuencia, la supuesta "fenomenología" como descripción de los acontecimientos que se manifiestan por un trastorno, se reduce a un énfasis sobre los comportamiento, con la esperanza de una mayor "fiabilidad", sin reflexión acerca de las relaciones entre la experiencia , sus formas y contenidos por un lado y su expresión por otro. 

Una de las posibles soluciones sería el desarrollo de un marco psicopatológico teórico para el estudio de la experiencia o la subjetividad humanas. Uno de estos marcos teóricos más prometedores, a mi entender, es la fenomenología. En las próximas entradas me referiré a qué puede aportar y cómo.  

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