"Mirar las cosas de cara, ser capaces de sorprendernos, tener curiosidad y un poco de coraje; saber preguntar y saber escuchar; evitar los dogmas y las respuestas automáticas; no buscar necesariamente respuestas y aún menos fórmulas magistrales" (Emili Manzano)

domingo, 21 de agosto de 2016

MÉDICOS QUE ESTALLAN


"La conversión de los médicos jóvenes a los métodos combativos propios de los sindicatos sugiere que comienzan a considerarse trabajadores de una industria en lugar de miembros de una profesión. Técnicos en lugar de médicos."
Sir Theodore Fox, Lancet 1976



En una entrada anterior, Médicos indignados, médicos que marchan, recogía una carta de despedida de una colega que abandonaba su plaza de médico de urgencias indignada con las condiciones actuales de trabajo

El tono vehemente de la carta, muy poco habitual entre los profesionales de la medicina moderna que todavía no tienen claro si son una vocación o una profesión (BMJ Careers 2015Lancet 2015), generó según la autora más de 80.000 visitas durante la primera semana.  La carta en cuestión es Querida explotación laboral: Te dejo, no cuentes más conmigo, y ha sido recogida en diversos blogs y diarios digitales (elespanol.comvozpopuli.com, etc).



Ilustración de Querida explotación laboral: Te dejo, no cuentes más conmigo
En el blog medicoacuadros. Por Mónica Lalanda, 2016


La médico en cuestión es Mónica Lalandaautora del libro Con-ciencia Médica (2016) y muy activa en las redes sociales (coordinadora de la guía de buen uso de redes sociales para médicos). Utiliza los cómics y viñetas como un medio de transmisión de ideas para llamar a la reflexión sobre cómo hacer mejor lo que hacemos y para más inri aparecía en el libro La Top 100 Mujeres Líderes en España.

Además de la carta, recomiendo centrar la atención en las respuestas que recibió  la misma, publicadas en su blog y en otros. Vale la pena fijarse en los diferentes comentarios en función de que los autores sean médicos, otros profesionales sanitarios, trabajadores no sanitarios y usuarios/pacientes. 

Pero especialmente vale reproducir el comentario crítico de un compañero de su mismo lugar de trabajo. Mónica lo comenta en su entrada Contestación abierta a un comentario anónimo recibido. Lo reproduzco a continuación de manera íntegra. 

Polémicas aparte, me parece un documento excepcional que refleja el clima laboral de muchos servicios sanitarios en la actualidad. Es fácil apreciar que se trata de un frágil entorno que va a determinar la salud del médico (p.e., burnout) y su eficacia a la hora de atender a los pacientes de una manera profesional y humana. 



Mónica Lalanda, autora de la carta de renuncia



************





Contestación abierta a un comentario anónimo recibido

Hace una semana, recibí una nota anónima en este blog que respondía a mi entrada en la que explico que he renunciado a mi contrato. Se identifica como “indignad@” y es alguien claramente cercano y conocedor de mi situación laboral. Me pareció de tal bajeza que la pasé directamente a la papelera. Según han pasado los días, he reflexionado y quiero aprovecharla para dar mas detalles del porqué me fui. Aquí está porque creo que sus afirmaciones dan una idea clara de la estulticia, la indignidad y la cobardía que hace posible que nuestro SNS esté como está.
El contenido del anónimo aparece en cursiva y sin negrita y cada párrafo se continúa con mi contestación en negrita. Est@ “compañer@” dice así:

-Estimados seguidores de esta y otras páginas. Basta ya de mentiras e insultos gratuitos!
Si es que llega a publicarse esta nota, cosa que dudo pues no es la primera vez que se censura una de mis respuestas.
Si te paras a leer este blog verás que dejo pasar continuamente respuestas contrarias a mi opinión y muchas, muy críticas. Lo que no dejo pasar son anónimos bajos y repugnantes como este. Eres una persona del servicio que he abandonado. Podría ponerte nombre y apellidos, es obvio quién eres. Desde que me fuí, he recibido el apoyo de muchos compañeros de urgencias, médicos, enfermeras, auxiliares, celadores….etc, así como de personas de otros servicios. Sin embargo, a pesar de largos escritos y conversaciones, todo lo que he recibido de manera oficial ha sido el silencio más absoluto.Elque calla otorga, y el que además manda anónimos es un mierda, sin más. 

-La médico a cuadros, ha dejado un contrato de guardias, con alta continuada, en el que llevaba 8 años, porque en reiteradas ocasiones ha rechazado contratos de mayor adhesión al servicio.
Me llamo Mónica Lalanda, lo sabes estupendamente, aunque con tu misiva estoy más a cuadros que de costumbre. He abandonado un miserable contrato de guardias hospitalario. Todo el mundo sabe en lo que consiste. Sí, efectivamente, a diferencia de los pobrecillos compañeros con contratos en Atención Primaria, sí estamos “dados de alta” todo el mes. ¿Me estás queriendo decir que estar dado de alta todo el mes supone que es un buen contrato? Penoso.  Creo que mi concepto de dignidad laboral poco tiene que ver con el tuyo…..impresionante. Hay que tener poca verguenza para hacer una afirmación de ese tipo por escrito. Esto denota tu catadura moral.
Y sí, hace 7 años, y una sola vez, se me ofreció un contrato con horario de día además de las guardias que tambien rechacé. Por eso lo defines como “de mayor adhesión al servicio”, no era un contrato mejor, solo era de más horas. Al menos en eso estás siendo honrad@ o alguien podría pensar que me habían ofrecido una interinidad.  A partir de ahí, nunca, repito nunca, se me ha ofrecido nada mejor. Un castigo por haber rechazado aquel, por “tu falta de compromiso con este servicio”, otro clásico del SNS. De cualquier manera, en los últimos 7 años solo se han hecho contratos de guardia ahí. Estás haciendo un brindís al sol.
Por cierto, ¿qué es mayor adhesión? Hay siete  personas con acúmulo de tareas y seis con contrato de guardia. ¿No quieres mencionar qué proporción de plantilla médica tiene una situación laboral estable y digna? No, ¿verdad que no? Haz cuentas, menos del 30%. Y no hay vergüenza para mantener en esta situación a grandísimos profesionales ante los que hay que quitarse el sombrero y en cuyas manos yo pondría mi vida sin pensarlo. Ahí los tenéis, en situaciones de inestabilidad laboral tremenda (o lo mismo como están “dados de alta” no tienen inestabilidad, ¿verdad?). Fidelizar y dar situación estable no interesa, claro, se perdería capacidad de poder sobre ellos meros soldaditos de la sanidad.

-Ha aceptado sin extorsión, realizar de forma voluntaria, guardias de 17 y 24 h, tras las cuales ha descansado sus horas reglamentarias. Esa inseguridad laboral a la que dices haber renunciado, existe porque tú así lo has decidido.
Ahí está la clave de la cuestión. Como yo he aceptado trabajar así, con un contrato denigrante, resulta que ya no es responsabilidad de nadie. Esa es la baza que juega esta sanidad, es indecente. Sí, claro que he descansado despues de una guardia de 24h, mas bien he estado semi-inconsciente durante otras tantas. El nivel de trabajo, la intensidad con la que se trabaja en ese  servicio (muchos visitantes, muchos crónicos y muchos ancianos) hace que muchas guardias no llegues a poder siquiera meterte en la cama una hora. ¿esto es aceptable para un trabajador que tiene en sus manos la seguridad y la salud de las personas a las que cuida? Una vez más, te delatas. La situación es vergonzosa.

-Disponía de 15 días de vacaciones en verano, aunque este año, al parecer, no en las fechas deseadas. Así como de la disposición de sus compañeros de realizar cambios que le permitieran conciliar su vida laboral y personal, cosa que creo que hacemos todos en ese servicio. Esa insolaridad reinante según tú…
Bueno, esto es alucinante. De los 23 médicos del servicio de urgencias, solo una, yo, no tenía vacaciones en julio, agosto, septiembre. ¡¡Este año no me tocaba!! En estos meses, como en muchos servicios de urgencias de españa,  la presión asistencial es demencial, la situación en el servicio caótica y la única razón por la que no llega la sangre al río es por los profesionales que se dejan la piel cada día. Permitir que un médico del servicio no tenga derecho a un descanso, sacar la cabeza a tomar aire, en esos tres meses es irresponsable. Ah, y en los tres meses de verano derecho a descanso tres fines de semana…..en total!!!  No dudo que otros años les haya tocado a otros pobres compañeros con contratos de guardia “no tener verano”, no lo sé, pero como este año me toca a mi, decido denunciarlo por considerarlo abusivo, indigno, vergonzoso e inseguro.  Tengo la cartelera de verano a disposición de quien la quiera para que busque dónde están mi descanso. Permitir vacaciones en mayo, en junio o en octubre  y llamarlas “de verano” es un insulto para cualquiera.
De hecho, la solidaridad de mis compañeros había hecho posible unos cambios para que yo también pudiera descansar en verano  pero fue precisamente el jefe de servicio quien, en público, zanjó el tema “sin permiso ni autorización” para hacer ningún cambio de guardias. Eso sí es tiranía.

-Ha dejado a sus coincidentes en el trabajo, con una cartelera de verano con la que se había comprometido, a 15 días de comenzarla. Muy ético y a conciencia.
Lógico, es lo que tiene sacar la cartelera a menos de un mes de que empiece el verano, ¿no te parece? De hecho llevo años conociendo mis guardias con solo unos días de antelación al acabar el mes. Esto es parte de la desorganización reinante y otra manera de control. Si la cartelera de verano sale en febrero, uno puede lucharla o abandonarla mucho antes. La falta de ética, como entiendes, no es mía. Mi nivel de compromiso con el servicio es el mismo que el del servicio conmigo, ninguno. Mi compromiso está con mis pacientes y en este caso, es precisamente a mis pacientes a quien protejo de una médico trabajando hasta estar exhausta durante tres meses de agonía.  
El verano es terrorífico en urgencias, con cada vez menos residentes de familia apoyándonos (de 12 R1 que había hace 8 años a solo cuatro R1 este año) haciendo cada uno  menos guardias, con una AP mal cubierta que envía cada vez más a Urgencias, con un sistema informático nuevo y absurdo (quien ha sido el cerebro que acepta esto y además en junio???) que ha perdido toda el data que llevamos años metiendo y que no ofrece ventaja ninguna respecto al antiguo, sin descansos organizados durante el turno….etc etc y con un tipo de contrato que conlleva hacer hasta tres guardias a la semana. Por supuesto que es el momento de marcharse. ¿Hasta cuando se puede trabajar en esas condiciones? ¿O espero a navidad, que serán como las pasadas con esperas de hasta siete horas? ¡Venga ya, hombre!!
-Ha renunciado a trabajar en un servicio repleto de médicos, enfermeras, auxiliares y celadores, de gran valía profesional y personal, no son ni de primera ni de segunda. Eso no es lo que te han demostrado en los últimos años para que los insultes de ese modo.
No pongo en duda su valía profesional y menos aun su valía personal, dios me libre. No tergiverses mis palabras. Existen dos tipos de médicos a nivel laboral, LA-BO-RAL, los que tienen su plaza con todos los derechos que conlleva y los que no. Ahí están las categorías. Claro, esto no te interesa explicarlo mucho, ¿verdad?
Te interesaría saber la cantidad de felicitaciones recibidas por marcharme.

En el servicio del que hablas, no se trabaja “porque siempre se hizo así”. Un poco de respeto a los PROFESIONALES que lo integramos. Estudia para rebatir las conductas médicas de los demás.
Una vez más, ¡no tergiverses!! El “siempre se hizo así”, claramente  se refiere a aceptar situaciones laborales inmundas a la espera de que llegue una situación mejor cuando se rozan los 50. Esto es lo que hay en España. Menos del 8% de los médicos menores de 40 años tienen plaza en propiedad. Esto se acepta de forma mayoritaria sin cuestionarlo….porque siempre se hizo así.
Como en todos los sitios, hay médicos muy al día y otros que no lo están tanto. En general, efectivamente, hay muy buenos profesionales a pesar de que todo lo que estudian lo hacen en su tiempo libre y cualquier curso que hacen lo hacen de su bolsillo o mendigando a las farmacéuticas. Que el sistema no se apunte un tanto que no le corresponde.

Ese jefe tan tirano al que insultas, nos ha y te ha defendido a capa y espada en muchas plazas en las que no podrías ni torear, no en su cortijo.
Probablemente , como es su obligación, pero en otras corridas, me ha y nos ha empujado a los pies de los caballos, también y a nivel laboral no pocas veces.
A este comentario (que como ves dejo pasar sin problema) no voy a contestar más en este foro. Para este punto en particular, no es el más apropiado, habrá otros. Pero no retiro nada de lo dicho.

-Creo que nos debes un respeto. Basta ya. Nadie te obligó a quedarte en este servicio durante 8 años, nadie te ha despreciado en mi presencia, nadie te ha explotado ni tiranizado.
Una vez más sale la misma explicación…..”si te quedaste es porque quisiste”. Cada vez que me quejé recibí la misma respuesta “vete, hay una cola de gente esperando y que aceptaría un contrato peor que el tuyo, vete”. La explotación y la tiranía es parte del SNS, no es exclusivo de ese  servicio, pero desafortunadamente son las personas con responsabilidad en la gestión (jefes de servicio, directores y gerentes) los que lo promueven, lo mantienen y hacen posible que seis de cada diez médicos tengan contratos precarios (incluso con alta en la SS!!) Y por supuesto es responsabilidad de cada uno y su situación personal aceptarlas. De eso se valen.

-Sólo te pido respeto por el servicio al que pertenezco y del que me siento orgullos@. Respeto por la especialidad en la trabajo y por la que lucho cada día. Respeto por la Sanidad Pública, por los trabajadores de la misma. Y respetate un poco a tí misma.
Fíjate, yo te diría lo mismo, exactamente lo mismo a ti. Nadie que manda un anónimo merece mi respeto, ningún servicio ni “especialidad” que trata así a sus trabajadores merece respeto. Yo lucho más marchándome que quedándome, porque dejo de ser cómplice de una situación indigna, abusiva, nefasta y peligrosa que no merece respeto. La Sanidad Pública se sostiene gracias al esfuerzo de cada miembro, que se va dejando la vida gracias a esa “vocación” con la que la administración y los políticos cuentan y no merece respeto. No te apuntes tanto tantos, tú (quien quiera que seas) eres simplemente un cobarde con mucho, mucho que esconder.
Si quieres volver a escribir a este blog, te sugiero que hagas como yo, pon nombre y apellidos. Aquí no hay espacio para gallinas.


RELACIONADOS




jueves, 18 de agosto de 2016

CUIDADO ESPIRITUAL CRISTIANO DEL ENFERMO DE DEPRESIÓN

“In depression... faith in deliverance, in ultimate restoration, is absent. The pain is unrelenting, and what makes the condition intolerable is the foreknowledge that no remedy will come, not in a day, an hour, a month, or a minute. It is hopelessness even more than pain that crushes the soul.”
―William Styron


En fechas recientes descubrí que existe un Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. Los Consejos Pontificios son órganos de la Curia Romana, integrados por clérigos y laicos, cuya función es el estudio de las materias relacionadas con aspectos concretos de la doctrina o del gobierno de la Iglesia.

En concreto, el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud creado por Juan Pablo II en 1985, es el único consejo con una tarea específica por razón de la materia y de las personas (profesionales) a quienes va dirigido. Por una parte su creación se justificó en la necesidad de afrontar la función de la medicina en la sanación de los enfermos, pero por otro ha servido también para mantener unida a la Iglesia en la doctrina sobre la sexualidadprevención del embarazoeutanasia y política del tratamiento jurídico del aborto.

Respecto a los temas relacionados con la salud mental, las Actas de la XVIII conferencia internacional promovida y organizada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud se centraron en La Depresión (Noviembre 2003, Ciudad del Vaticano),  y puedes consultarlo en abierto aquí

Todo ello se produce en un contexto en el que cada vez atrae más atención el concepto de espiritualidad y su relevancia en distintas enfermedades, tanto mentales y físicas (ver gráfico). La Royal College of Psychiatrists, el National Institute for Health and Care Excellence (NICE), y la American Psychiatry Association (APA) han dedicado monografías al tema. 

En el caso concreto de la depresión, el tema presenta particularidades especialmente interesantes como las ideas de culpa, el suicidio, la pobreza, etc. 




Entre los ponentes, el Santo Padre Juan Pablo II, cardenales de diversos países, y un grupo numeroso y heterogéneo de profesionales de la salud mental:
  • Prof. SALVADOR CERVERA-ENGUIX Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Navarra. Pamplona, España
  • Dr. B. SARACENO Director del Departamento de Salud Mental y Dependencia de Sustancias Organización Mundial de Salud Ginebra, Suiza
  • TONY ANATRELLA Psicoanalista y especialista en psiquiatría social París, Francia
  • MARIANO GALVE MORENO Psicólogo, Zaragoza, España 
  • Dr. BENGT J. SÄFSTEN Departamento de Medicina Interna Hospital Universitario (Akademiska sjukhuset) Upsala, Suecia 
  • Prof. ADOLFO PETIZIOL Presidente de la Sociedad Europea de Psiquiatría Social 
  • Prof. AQUILINO POLAINO-LORENTE Catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense. Madrid, España 
  • Dra. FIORENZA DERIU Investigadora social, Universidad “La Sapienza” de Roma 
  • Dra. ROSA MEROLA Psicoterapeuta, Asesora psicóloga del Ministerio de Justicia, Roma 
  • Prof. MASSIMO ALIVERTI Neuropsiquiatra, Profesor de Historia de la Medicina en la Universidad de Estudios de Milano-Bicocca
  • Dr. DOMINIQUE MEGGLÉ Médico Psiquiatra, Presidente de la Confederación de habla francesa de las Terapias Breves, Francia
  •  Dr. DANIEL CABEZAS Psiquiatra, Hospital Fatebenefratelli, Isola Tiberina, Roma

Debo señalar mi profunda decepción ante las perspectivas y análisis de los ponentes, religiosos o laicos. El principal desencanto es que los ponentes no hacen explícito que la dificultada hoy es diferenciar la experiencia "depresión", del síntoma "depresión", de la enfermedad "depresión", y con frecuencia los religiosos y los profesionales se equivocan. Cómo mejor ponencia destacaría Cuidado espiritual del enfermo de depresión, de S.E. Monseñor CARLOS AMIGO VALLEJO Arzobispo de Sevilla España. 

CARLOS AMIGO VALLEJO nació en Valladolid en 1934, hijo de médico, y primo del psiquiatra y escritor Juan Antonio Vallejo-Nágera, Abandona los estudios de Medicina, para ingresar en el noviciado. Ordenado sacerdote en 1960, cursa estudios de Filosofía en Roma, y estando destinado en Madrid, estudia y se licencia en Psicología al tiempo que ejerce de profesor en centros de educación especial. También obtiene la licenciatura de Teología e imparte clases de Filosofía de la Ciencia y de AntropologíaFuera del entorno eclesiástico es miembro de las Reales Academias de Medicina, Buenas Letras y Bellas Artes de Sevilla


Carlos Amigo Vallejo

***********


¿Cómo se puede ayudar espiritualmente al enfermo deprimido? ¿Qué decir a su familia? ¿Qué apoyos pastorales ofrecer a unos y a otros? Serán imprescindibles algunos conocimientos mínimos para saber que se trata de una verdadera enfermedad, distinta de lo que puede ser un pasajero mal momento, un decaimiento de ánimo.

Ahora bien, el acompañamiento espiritual y pastoral de este tipo de enfermos, no puede derivar en una especie de terapia sustitutoria. La acción pastoral no es para “curar”, sino para saber llevar la cruz ... Lo demás vendrá por añadidura y estará en manos de Dios y de expertos facultativos médicos y psicólogos profesionales.

Estos enfermos son hijos de Dios y hermanos nuestros. Tenemos que intentar comprenderlos, aceptar su realidad personal aunque nos duela. Siempre que hablamos de los enfermos ponemos junto a ellos al entorno que les rodea, sobre todo a la familia de este enfermo, que está especialmente necesitada de comprensión, de apoyo espiritual, de ayuda de todo tipo.

Enseguida habrá que decir también que la depresión no puede presentarse, en forma alguna, como si fuera poco menos que un castigo de Dios, una especie de lepra interior que va haciendo caer la carne de la vida pedazos, como consecuencia de no se sabe qué extraño pecado cometido. El sentimiento de culpa no es infrecuente en este tipo de enfermos.

Pero no es fácil que el deprimido exprese ese estado de ánimo. Ha perdido la voluntad. En los casos extremos, hasta para hablar. En el fondo de un estado depresivo parece que hay un indefinido y agobiante miedo a vivir, a la vida. Suele decirse que mientras hay esperanza hay vida. Aquí faltan las dos cosas: la calidad de vida personal está por los suelos; la esperanza ha desaparecido.





ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL Y PASTORAL 

Nuestro cometido como directores espirituales es acompañar y cuidar de estas personas deprimidas de una manera espiritual, ayudándoles a vivir la vida de la gracia, de la fe, del Espíritu que hay en ellas. Y poniendo en ejecución aquellas acciones pastorales más adecuadas para “evangelizar” al deprimido. Es decir: para poner a Cristo como levadura de curación en su vida, para que cambie por completo la masa de una existencia tan deteriorada.

Ante la enfermedad y el sufrimiento, el hombre, más que mirar a Dios, se queja de Dios, incluso le atribuye el propio mal: ¿Por qué me has tratado así? ¿Por qué me ha castigado Dios de esta manera? Dios es más que una idea, es Alguien muy presente en la vida, aunque uno no se haya percatado de esta cercanía e intimidad.

Curarle como a un enfermo. La enfermedad y el dolor pueden ser como una pared que separa de Dios, al que se acusa de ser el causante del mal. La enfermedad provoca un enorme quebrantamiento personal, no sólo aflige a la persona, sino que la esclaviza. La saca de sí misma y la convierte poco menos que en un objeto en manos de los demás, de los que depende, de quienes lo tiene que esperar casi todo. Se ha perdido la propia autonomía, el ser uno mismo. Una experiencia nueva y ciertamente penosa es la de la enfermedad. Y nada puede curar esa limitación personal más que la salud.

Pero, de la limitación hay que pasar a la libertad de poder vivir conscientemente aquello que se nos ha dado en la fe. ¡Yo se que mi Dios vive!, repite Job. Y esta experiencia de la cercanía de Dios, no sólo es un consuelo, sino el convencimiento de que más allá de nuestras limitaciones humanas está la fuerza de la propia dignidad como hijo de Dios. El hijo está enfermo, pero su padre, su madre, están a su lado y queriéndolo con toda el alma, aunque el enfermo no se de cuenta de ello.

Todo esto vale también para la familia del deprimido que, con mucha frecuencia, es la que ha de soportar la más dura carga de la incomprensión: ni comprende el sufrimiento de su familiar enfermo, ni se siente comprendida de su entorno social



ACOGER AL QUE LLEGA. ES UN HERMANO 

 Más que llegar al sacerdote y al consultor espiritual, al deprimido le traen. Él no es capaz de tomar decisión alguna. Ahora tenemos delante una persona entristecida, hundida en el desencanto, personalmente fatigada, la vida se hace cuesta arriba y librarse de ella sería la gran liberación, contagia pesimismo y tristeza, se considera un inútil e irrecuperable, carece de interés por nada, camina por este mundo en una angustiosa desesperanza con enorme sentimientos de culpabilidad...

Pero, para nosotros, esta persona no es un simple paciente con unos síntomas patológicos determinados. Esta persona es un hermano. Y como tal hay que recibirlo y tratarlo.

En el cuidado espiritual de esta persona debe estar siempre presente la compañía y la eficacia de la gracia de la adopción divina. En Cristo hemos sido reconciliados con el Padre (Rm 5,10). Dios nos recibe y quiere como somos: redimidos por Jesucristo y regalados con la presencia y gracia del Espíritu Santo.

Así, el primer escalón del tratamiento pastoral no puede ser otro que el de acercar a la persona deprimida a la fuente de la reconciliación: al sacramento de la penitencia. Proponérselo sin causar agobio y tratar de convencerlo de que con el perdón llegará la paz interior que necesita. (Nota: este párrafo me recuerda los simulacros de Juicios que se realizaban a los melancólicos en la Edad Media, con la intención de hacerles creer que habían sido perdonados y vencer sus ideas de culpa. En ocasiones contaban con ingeniosos efectos especiales y apenas producían una mejoría transitoria).

Las acciones pastorales más adecuadas, en este momento, son aquellas que hacen recibir el apoyo de la comunidad, sobre todo en la celebración de la eucaristía. El resucitado se hace presente entre los suyos, les habla y les da a comer el pan de vida, escucha sus oraciones y súplicas.

El cuidado espiritual y pastoral tiene que ir por el camino de un acompañamiento silencioso. Que sepa que alguien está a su lado. En primer lugar, Dios. También la Iglesia, que pide por él. Pero, sobre todo, su familia. Nunca mejor que ahora tiene que ser esa comunidad de vida y de amor. Tantas veces, con el que sufre, lo único que se pueda hacer es estar a su lado, como María, Juan y las mujeres junto al crucificado en el Calvario.



DE LA RECUPERACIÓN DE LA AUTOESTIMA A LA AYUDA DE LOS DEMÁS 

Lo malo no es estar paralítico, ciego, sordo o enfermo, sino el no querer hacer nada por salir de esa situación. Hay que buscar el camino por el que pasa Cristo, y como no siempre puedes hacerlo solo, dejarse ayudar por aquellos que son buenos enfermeros de Dios: los que nos cuidan, atienden y sanan.

El apoyo de la familia y de la comunidad social y religiosa es imprescindible. La mejor ayuda a la persona que está sola es que se sienta acompañada. Por otra parte, el lograr que el deprimido entre en un espacio de oración puede ser un fuerte asidero para su desvalimiento físico y espiritual.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo, dijo el Señor. ¿Y si uno se quiere mal a sí mismo? ¿Si no se valora debidamente? Esto ocurre en la depresión: hay un notable déficit de estima autopersonal. El deprimido ha caído en la gran mentira de desconocer la verdad sobre sí mismo. Ahora está por recuperar el camino de la verdad, de los valores. Pero los valores, sin unas virtudes en las que se vivan y expresen, son pura fantasía. Habrá que ir reconstruyendo un comportamiento coherente y leal con aquello en lo que se cree y que deriva en un gran sentido moral de la conducta.

No se trata de una terapia voluntarista, de empeñarse en alcanzar una meta imposible, sino de salir de uno mismo para encontrarse con Cristo vivo y presente en cada uno de las personas que uno se encuentra por el camino. De hombre apaleado y caído, el deprimido se convierte en buen samaritano que busca los demás y en ellos se encuentra con Cristo, pues, como dice Juan Pablo II: “El hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido en cierto modo con el hombre” (Redemptor hominis 8).

Ya no vale decir: ¿Para qué sirve todo lo que me está pasando? Sino que la actitud a procurar es bien distinta: ¿Qué puedo hacer por los demás? No tanto subrayar la queja ¿Quién tiene la culpa de todo este sufrimiento? ¿Porqué me pasa esto a mí? sino manifestar positivamente el deseo de ayudar: ¿Cómo puedo servir a los demás, aun con mí/sus deficiencias?

Si se ha perdido la autoestima, puede hacerse el ejercicio de buscar la identificación con un modelo completamente nuevo: Cristo. No vale la simple imitación. Se impone la identificación con Cristo. En el plano sobrenatural, la gracia realiza esa misteriosa identificación. Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí, como exclama San Pablo (Gal 2, 20).

Identificado con Cristo de esta manera, se fortalece la esperanza, que es precisamente la gran ausente en la vida del enfermo deprimido. De la pérdida de la autoestima a la estima de los demás. La fe no va a ser un remedio mágico para curar la depresión, pero sí constituye/contribuye a recuperarse uno mismo, cuando esa fe es viva y operante.





LA FAMILIA DEL DEPRIMIDO 

La familia sufre cuando uno de los suyos está afectado de depresión. Por otra parte, se encuentran desorientados y confusos, pues aparentemente no hay causa alguna para la situación en la que se encuentra el deprimido. Habrá que extremar la comprensión y el acercamiento, tratando de acompañar y dialogar, compartiendo con él la oración y el apoyo espiritual. De poco van a valer las palabras y los ánimos que se les puedan dar con la buena intención de sacarle de su estado deprimido, pues cualquier decisión a tomar por parte de estos enfermos es prácticamente imposible. Sufren, no saben lo que les pasa, hacen sufrir a los demás y unos y otros se sienten desconcertados, indefensos y desamparados.

Aquí puede tener un gran papel pastoral que realizar el voluntariado y las asociaciones familiares, para transmitir a las familias de los afectados su apoyo, su acompañamiento espiritual y la colaboración material que fuera necesaria. En la pastoral familiar tiene que haber un capítulo especial para estas familias con este tipo de enfermos. Prestarles atención, apoyarles con la fe, promover asociaciones de familias afectadas, ofrecerles ayuda.

Por otra parte, la familia es el mejor terapeuta para el deprimido. Sin embargo, no es infrecuente la inhibición de la familia ante el deprimido que, con no poca frecuencia lo consideran poco menos que un “enfermo imaginario”. El apoyo de la familia es imprescindible. Pero aquí está el gran problema. Y es que, no pocas veces, el motivo de la depresión es la propia familia, sus problemas, su deseo estructuración, su práctica inexistencia... Una pastoral familiar adecuada es el mejor tratamiento preventivo para la depresión.

Escuchar, comprender, animar. Valorar siempre la persona. Ayudarle a participar. Hacerles ver que uno se siente a gusto a su lado y que, en forma alguna, consideran al deprimido como un farsante que finge enfermedad con intereses de comodidad o desesperanza.

Querer a las personas como ellas quieren ser queridas. No pretender que el enfermo cambie para que le vaya mejor a la familia, sino para que se sienta a gusto consigo mismo. Con pocas palabras, que simplemente con ver a la familia sepa que está a su lado, dispuesta a escucharle, a comprenderle y ayudarle. Dar cariño al enfermo, pero también recibir el que el puede ofrecer y hacérselo ver con gratitud.

 En momento alguno pretender coherencia en el enfermo. Está triste y es incapaz de definir los motivos. Pedirle coherencia es atentar aumentar sus indefinidos remordimientos. Más que razonar, querer. En caso de dudas, siempre el mejor camino a seguir es el de la misericordia.

Ayudar a participar en la vida familiar, social, parroquial..., pero sin agobios. Que no le cueste mucho hacerlo. Que los otros lleven la carga, sin que el enfermo lo sepa. Dar la vida por él, pero sin que él lo note. Para el deprimido no hay preocupaciones pequeñas. Todo lo oprime como una enorme carga. Asumir esas preocupaciones como propias y no con el grado de la propia valoración, sino la que siente el mismo enfermo. “Hacerse deprimido con el deprimido”.





CUIDADO ESPIRITUAL Y PASTORAL

Me atrevo, ahora, y con unos términos un tanto interpolados, a ofrecer unas “recetas” espirituales y pastorales para el “paciente” de depresión; unos “específicos” para que la familia sepa cómo administrarlos y un seguimiento del “tratamiento” por parte de los agentes de la pastoral.

La misericordia de Dios es infinita. Mirando sinceramente a Dios se deshacen todos los sentimientos de culpabilidad. El dolor, ofrecido junto al de Cristo, es fuente de salvación para uno mismo y para los demás. Dejarse acompañar del Espíritu de Dios y, también, de alguna persona que sirva de guía y de apoyo. Seguir un itinerario progresivo de encuentro con Dios en la oración, para ver la realiad, no con los propios razonamientos, sino como Dios lo contempla y lo ama. Agarrarse al amor de Cristo y de la Virgen María, sintiendo su compa- ñía y su protección. El sentido de la vida no se va a alcanzar mirándose uno mismo, sino poniendo la mirada en Dios y en los demás.

Emprender unas relaciones nuevas con las personas para poder encontrar razones para vivir: ayudar a los demás. Tomar parte activa en algunos proyectos pastorales y caritativos, aceptando pequeñas responsabilidades, pero sin ningún tipo de agobio. Sentirse necesitado de los demás. La comunidad no puede prescindir de él. Es un miembro más. La Iglesia no es una sociedad de personalidades fuertes y brillantes. No hay que excluir cierta resignación positiva: aceptar las propias limitaciones.

Necesidad de ser de uno mismo, precisamente para encontrarse con su propia personalidad: un hombre para los demás. Ayudarle a saber encender las “luces largas” de la palabra de Dios que ilumina todas las cosas. Y disponerse a una gran generosidad: La vida es para los demás. Para gastarla en favor de los otros. No para dejar que se pudra en uno mismo. En una palabra: ayudar al deprimido a reconciliarse consigo mismo y aceptar la Buena Noticia como eficaz levadura de curación.

Como cristianos, no podemos dar a los demás otro pan sino aquel del que nosotros mismos nos alimentamos: el pan de la palabra y el pan de los sacramentos. No hay, pues, por parte de los agentes de la pastoral, que caer en la trampa del psicologismo, siendo terapeutas aficionados y pastores mediocres.

Tu amor alivia el dolor. Unas palabras que puede resultar tan hermosas como evasivas si no se les da toda la hondura que, desde nuestra fe cristiana, deben expresar. No hay nada tan comprometido y que tanto llame a la responsabilidad como el amor.

El amor, de quien sirve al enfermo, es acicate continuo para una formación permanente, para buscar todos los medios posibles que lleven a la erradicación de la enfermedad y a la curación del enfermo. El amor de quien sirve, se hace respeto exquisito ante la situación del necesitado, se aleja de cualquier forma de pietismo, resignación negativa o paternalismo. Por el contrario, ayuda para acercarse a la bondad de Dios, cuidador de todas las cosas, para la aceptación objetiva de la realidad personal y para abrirse al apoyo que otros puedan prestar.

Jesús ha respondido al problema del dolor asumiendo. Por eso, el anuncio del evangelio y el cuidado de los enfermos están indisolublemente unidos. No podemos por menos que traer a nuestra memoria a Cristo en el huerto de los olivos. El sufrimiento solamente tiene una justificación: la esperanza de llenarlo de vida, de una vida nueva. Y hablando de esperanza, recordar el feliz pensamiento de San Juan de Ávila, que llama a María “enfermera del hospital de la misericordia de Dios” (In Nat. V.M. III, 20)




S.E. Monseñor CARLOS AMIGO VALLEJO Arzobispo de Sevilla España






RELACIONADOS












miércoles, 10 de agosto de 2016

DE EXORCISTAS Y PSIQUIATRAS


En 1993, siendo estudiante de primer o segundo año de medicina quedé muy impresionado por la creación de la Asociación Internacional de Exorcistas, una organización católica y romana fundada por seis sacerdotes, incluido el famoso exorcista de Roma, el padre Gabriele Amorth. Aunque el número de miembros es limitada y exclusiva, para el año 2000 había más de doscientos miembros. Un sacerdote debe tener el permiso de su obispo para unirse y se reúnen dos veces al año en Roma. La asociación envía un boletín trimestral donde los miembros pueden hablar de los casos especialmente difíciles o interesantes.

Dentro de la Iglesia Católica un sacerdote sólo puede hacer un exorcismo con el consentimiento expreso de su obispo, y sólo después de un examen del paciente realizado por médicos y psicólogos, con el fin de determinar que la enfermedad no tiene un origen natural. Un médico también es requerido por la ley canónica a estar presente durante todo el ritual del exorcismo.

Desde entonces han poblado mis fantasías el tipo de condiciones clínicas que deben presenciar y discutir ese grupo de eruditos venerables, el tipo de estigmas, los trances, los manierismos, ... Al mismo tiempo, ensoñaba con bucear en palimpsestos arcanos, diarios apócrifos, fotografías ignotas, y vídeos confidenciales,  todo ello en los solemnes salones del Vaticano o en alguna remota ermita de un pequeño pueblo. El Nombre de la Rosa, el libro, nos había marcado a muchos.

James Bond contra los Monjes Asesinos,
 o cómo destrozar un gran libro


Por ese motivo cuando años más tarde, ya psiquiatra, descubrí que existía un Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, busqué con fruición sus trabajos en relación a la salud mental

Los Consejos Pontificios son órganos de la Curia Romana, integrados por clérigos y laicos, cuya función es el estudio de las materias relacionadas con aspectos concretos de la doctrina o del gobierno de la Iglesia, y que tienen como finalidad las acciones y propuestas sobre asuntos generales de política vaticana, así como la elaboración de documentos para la Curia Romana, el Sínodo de los Obispos o cualquier Congregación. Su estructura, existencia y funcionamiento dependen directamente de la autoridad papal y están estrechamente vinculados a las resoluciones del Concilio Vaticano II.

En concreto, el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud creado por Juan Pablo II en 1985, es el único consejo con una tarea específica por razón de la materia y de las personas (profesionales) a quienes va dirigido. Por una parte su creación se justificó en la necesidad de afrontar la función de la medicina en la sanación de los enfermos, pero por otro ha servido también para mantener unida a la Iglesia en la doctrina sobre la sexualidad, prevención del embarazo, eutanasia y política del tratamiento jurídico del aborto.






En ese contexto accedí a las Actas de la XVIII conferencia internacional promovida y organizada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud sobre La Depresión, celebradas el 13-14-15 noviembre 2003 en la Nueva Sala del Sínodo, Ciudad del Vaticano. Entre los ponentes, el Santo Padre Juan Pablo II, cardenales de diversos países, y un grupo heterogéneo de psiquiatras:

  • Prof. SALVADOR CERVERA-ENGUIX Catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Navarra. Pamplona, España
  • Dr. B. SARACENO Director del Departamento de Salud Mental y Dependencia de Sustancias Organización Mundial de Salud Ginebra, Suiza
  • TONY ANATRELLA Psicoanalista y especialista en psiquiatría social París, Francia
  • MARIANO GALVE MORENO Psicólogo, Zaragoza, España 
  • Dr. BENGT J. SÄFSTEN Departamento de Medicina Interna Hospital Universitario (Akademiska sjukhuset) Upsala, Suecia 
  • Prof. ADOLFO PETIZIOL Presidente de la Sociedad Europea de Psiquiatría Social 
  • Prof. AQUILINO POLAINO-LORENTE Catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense. Madrid, España 
  • Dra. FIORENZA DERIU Investigadora social, Universidad “La Sapienza” de Roma 
  • Dra. ROSA MEROLA Psicoterapeuta, Asesora psicóloga del Ministerio de Justicia, Roma 
  • Prof. MASSIMO ALIVERTI Neuropsiquiatra, Profesor de Historia de la Medicina en la Universidad de Estudios de Milano-Bicocca
  • Dr. DOMINIQUE MEGGLÉ Médico Psiquiatra, Presidente de la Confederación de habla francesa de las Terapias Breves, Francia
  •  Dr. DANIEL CABEZAS Psiquiatra, Hospital Fatebenefratelli, Isola Tiberina, Roma

Otro aspecto a priori muy interesante era El Diálogo Interreligioso: El sentido de la depresión y del malestar según las religiones, dividido en 

  • La perspectiva hebrea, Prof. ABRAMO ALBERTO PIATTELLI Rabino de la Comunidad Hebrea de Roma Profesor de Judaísmo post bíblico en la Pontificia Universidad de S. Juan de Letrán
  • La depresión y su curación a la luz del Corán y de la Sunnah, Prof. KAMEL AJLOUNI Presidente del Centro Nacional para Diabetes, Endocrinología y Genética Universidad de Amman, Jordania
  • Significado de la depresión y del malestar desde el punto de vista del hinduismo, Dr. BHARATI PATIL Especialista en Psiquiatría Mumbai, India
  • El punto de vista del budismo, Ven. Prof. HENG-CHING SHIH Religiosa Budista Profesora de Filosofía National Taiwan University, Taipei, y S.E. RAYMOND R.M. TAI Embajador de la República China ante la Santa Sede

Lamentablemente el tono general de la Conferencia es desalentador, y en ningún momento se aborda de manera explícita el problema principal, que no es otro que diferenciar la experiencia "depresión", del síntoma "depresión", de la enfermedad "depresión", y con frecuencia los religiosos y los profesionales se equivocan.

Pocos ponentes superan el nivel de un Congreso Nacional de Psiquiatría, ni presentan una perspectiva espiritual original o práctica. Sólo se añaden aspectos de interés en Rasgos del pensamiento postmoderno y la depresión, por S.E.Card. JAVIER LOZANO BARRAGÁN Presidente del  Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud Santa Sede, y Cuidado espiritual del enfermo con depresión, por S.E. Monseñor CARLOS AMIGO VALLEJO Arzobispo de Sevilla España.

Para más inri (perdón por el chiste fácil), en una Conferencia Internacional con una representación tan heterogénea como ésta se han escuchado exabruptos como (la negrita es mía):
A los que padecen graves enfermedades se les administra el sacramento de la Unción de los Enfermos. En mi ministerio pastoral he sido testigo de que este sacramento da valor moral, fuerza y consolación espiritual, a veces incluso alguna curación física, a los que están deprimidos como consecuencia de enfermedades físicas o psicológicas. 
He sabido de tres parejas que estaban en una profunda depresión y se habían acercado a un sacerdote para que los ayudase. No eran parejas ordinarias: dos eran homosexuales y una lesbiana. Desde hacía varios años trataban de liberarse sinceramente de sus afectos desordenados recurriendo a profesionales y al confesionario, pero nada. 
El sacerdote que habían contactado los llevó primero a recibir individualmente el sacramento de la Reconciliación y luego la Unción de los Enfermos, porque su problema los estaba conduciendo a la muerte corporal, pero, de manera más grave, a la del alma. 
Creo que estaréis contentos al saber que los tres casos se curaron completamente de sus tendencias no naturales 


S.E. Card. IVAN DIAS Arzobispo de Bombay, India

En conclusión, una gigantesca decepción. Resulta fácil entender porqué la Iglesia Católica sigue recibiendo duros ataques, tanto en sus planteamientos teóricos como en su práctica diaria. Como ejemplo os dejo el debate ya clásico, ¿Es la Iglesia Católica una fuerza para el Bien? 




En este debate, Christopher Hitchens, uno de los 4 jinetes del nuevo ateismo, junto con Stephen Fry, escritor, actor, y comediante, se oponen a la conservadora y Miembro del Parlamento Ingles Ann Widdecombe y al Arzobispo John Onaiyekan de Kenia.

El motivo del debate es para determinar si la Iglesia Catolica Romana es una fuerza para el bien en este mundo. Se tocan temas tales como la extensa caridad realizada por la iglesia, las misiones e instituciones que apoya, asi como partes mas oscuras en el pasado de la Iglesia Católica incluyendo la quema de herejes, las cruzadas y la Inquisición, así como de su presente, tales como la violación de menores y encubrimiento de curas pedofilos, y la prohibición de condones con sus consecuencias de VIH.

Este material es propiedad de Intelligence 2 y ha sido traducido con subtitulos en castellano por cortesia del libro de ateismo www.sincreercreyendo.com


RELACIONADOS


jueves, 4 de agosto de 2016

MÉDICOS INDIGNADOS, MÉDICOS QUE MARCHAN


Mónica Lalanda es una médico de urgencias española, muy conocida en el medio porque sus dibujos han ilustrado con inteligencia y buen humor numerosas publicaciones (ver su video portfolio o su CV en su blog). Además estuvo 16 años trabajando en urgencias en Reino Unido, por lo que comparto una visión ética de la medicina que no ha cuajado todavía en España. 







Idealista e inconformista, es muy activa en las redes sociales, con información orientada a pacientes y familias, y ha estado implicada en los movimientos para defender la medicina pública como Marea Blanca.




Por eso ha resultado una sorpresa para mi descubrir que en la entrada del 3 de agosto indicaba que abandonaba su plaza de médico de urgencias indignada con las condiciones actuales de trabajo. Quiero recoger su "grito", pues refleja el sentimiento de numerosos profesionales en España. Sin ningún añadido, reproduzco de manera íntegra su QUERIDA EXPLOTACIÓN LABORAL: TE DEJO, NO CUENTES YA CONMIGO.



QUERIDA EXPLOTACIÓN LABORAL: TE DEJO, NO CUENTES YA CONMIGO.

Estoy en la calle.
He renunciado a mi contrato de guardias.
He renunciado a la explotación laboral  sangrante y despiadada.
He renunciado a la esclavitud de un sistema sanitario absurdo que trata a sus profesionales como basura.
He renunciado al pisoteo de un jefe que, como tantos otros en la medicina española, maneja su servicio como si fuera su cortijo. Un jefe que no lidera, solo tiraniza.
He renunciado a trabajar en un sistema con médicos de primera que viven a costa de médicos de segunda.
He renunciado a turnos de 24h sin derecho a descanso que ponen en peligro mi salud y sobre todo, la seguridad de mis pacientes.
He renunciado a la inseguridad laboral.
He renunciado a trabajar con excelentes profesionales que han ido olvidando lo que fue su orgullo personal y profesional y lo que fue su dignidad y ahora simplemente bajan las orejas con miedo.
He renunciado a un contrato que no me permite descansar en los tres meses de verano y con semanas de más de 60 horas.
He renunciado al único tipo de contrato que la sanidad española me permite tener tiempo para hacer medicina no asistencial. Eres 100% asistencial o no eres nada.
He renunciado a darme contra la pared porque “aquí siempre se ha hecho así”.
He renunciado a sentirme siempre “diferente”, un bicho raro que tiene la osadía de escribir o dibujar lo que piensa o de protestar contra lo injusto.
He renunciado al maltrato y la indignidad, el agotamiento, la estupidez, el despotismo, el abuso, la mala organización, la falta de planes a medio y largo plazo, la carencia absoluta de solidaridad y profesionalidad.
Quise ser MÉDICO desde que me alcanza la memoria, hace 25 que me gradué; pasé 5 de formación en Inglaterra, 12 de adjunto en Urgencias en Inglaterra y 8 de adjunto de Urgencias en España. Soy MÉDICO de pies a cabeza pero no puedo más…..
He renunciado a mi contrato de guardias.
Estoy en la calle.

BOOOOM
*Por encima de mi dignidad solo está el bienestar de mis hijos. Tengo la suerte de tener un marido generoso y con una situación laboral más segura.
Ahora llega el momento de reinventarme……..
*******


Mucha suerte Mónica, me pregunto cuántos profesionales vocacionales más puede permitirse perder la sanidad pública antes de tener que convertirse en privada. 

Un abrazo


RELACIONADOS