"Mirar las cosas de cara, ser capaces de sorprendernos, tener curiosidad y un poco de coraje; saber preguntar y saber escuchar; evitar los dogmas y las respuestas automáticas; no buscar necesariamente respuestas y aún menos fórmulas magistrales" (Emili Manzano)

jueves, 28 de julio de 2016

CRISTIANISMO, POSTMODERNISMO Y DEPRESIÓN (2)

Rasgos del pensamiento postmoderno y la depresión 
de  S.E. Card. Javier Lozano Barragán, 2003


Una tentativa de estructurar el pensamiento postmoderno siguiendo las ideas de Nietzsche, Heidegger, Wittgenstein y otros pudiera quizá esbozarse en los siguientes puntos:


(1) DESCONFIANZA ACERCA DEL HOMBRE Y SU PENSAMIENTO

Caída de las grandes síntesis del pensamiento moderno. El pensamiento se ha vuelto débil. Se recurre a las tragedias motivadas por las ideologías de la modernidad que causaron millones de muertes y actos de barbarie. El pensamiento fuerte, pertenece a épocas primitivas de la humanidad, bárbaras, que ya han sido ahora superadas.




(2) DOMINIO DE LA RACIONALIDAD ESTÉTICA

Irracionalismo, el “homo sapiens” se vuelve ahora “homo sentimentalis”. En la modernidad se había divinizado la razón y se volvió un pensamiento fuerte, razón de todas las atrocidades cometidas, por ejemplo en Auschwitz. Ahora se acepta sólo el relativismo de pensamientos conflictuales, encarcelados en el lenguaje.




(3) EL RELATIVISMO

Sustituye a cualquier pretensión de un mundo racionalmente ordenado. A la racionalidad científica sustituye ahora la racionalidad estética.

La racionalidad científica se fundaba sobre los principios matemáticos y de la lógica, sobre el principio de identidad y de contradicción, sobre la reiterabilidad y verificabilidad de los acontecimientos; estos principios no tienen ninguna validez, hay que buscar otra fundamentación que es la estética.

La racionalidad estética se funda en la intensidad de los sentimientos, emociones, admiración y contemplación y la autenticidad de la experiencia, la dimensión sensible y afectiva del amor humano, de las decisiones personales y reacciones instintivas.

Para la postmodernidad la verdad no es adecuación con la realidad sino interpretación de la misma en una temporalización del ser. No existe más que la razón instrumental de carácter plural, incrédulo, lúdico, irónico, destructivo, inclinada a las tendencias superficiales de la curiosidad en una fenomenología de signos y apariencias.

La verdad se sustituye por el juego de imágenes, la ontología por la semántica, la determinación por la indeterminación, la trascendencia por la inmanencia, los conceptos por la metáfora. En vez del principio de causalidad se aduce el de la relación entre fenómenos. Es absurdo que la religión sea única, en lugar de Dios se impone un genérico divino. Se llega a un nihilismo teórico, a un relativismo ético y a una no normatividad moral


(CC-BY 4.0)  2014-2016 Ryan Reece  philosophy-in-figures.tumblr.com


(4) EL NIHILISMO

Es la filosofía de la nada. Seres, cosas, valores y principios se niegan y se reducen a nada. Es una oficialización de las tendencias destructivas existentes en la sociedad. Se liga en especial con Nietzche.

Nietzche distingue dos tipos de nihilismo, el bueno y el malo; el bueno consiste en destruir todos los valores del pasado para edificar otros nuevos que son los del superhombre. El malo consiste en esperar tranquilamente que los antiguos valores se acaben y no suplirlos por los del superhombre.

No se puede conocer la verdad, sino solo puntos de vista cambiantes. La voluntad no puede hacer nada bueno. Como Dios ha muerto no hay punto de referencia normativo alguno. La historia no puede tener un autoperfeccionamiento intrínseco. Todo es fugaz y provisorio, por tanto no se puede asumir ningún compromiso serio.

Proclama la “Ontofobia”, es la desertificación de todo. La verdad objetiva se sustituye con “puntos de vista”. La vida no tiene valor pues no es irrepetible, se transmuta en la reencarnación, por tanto se puede traficar con ella en la clonación, en los embriones supernumerarios, en la eugenesia, en la eutanasia, etc.




(5) DESCONFIANZA HACIA EL FUTURO

Todo es caducidad, fragmentación y caos, no hay ningún elemento eterno e inmutable. El presente es el punto de cruzamiento del pasado con el futuro y es lo único que cuenta. Hay una crisis de la temporalidad y un historicismo omnipresente, el pasado es como una especie de fotografías de un museo, fragmentos de simulacros e imágenes. La historia y el pasado son objeto de mercado que se consumen e intercambian. No es posible hacer ningún proyecto a futuro




(6) RETORNO AL MISTERIO Y PSEUDO RELIGIOSIDAD

No existe Dios sino dioses, muchos salvadores y religiones han sustituido al único Dios salvador. Se prospectan religiones sin Dios y sin Iglesia. Se habla del misterio, pero en una perspectiva meramente superficial, de oscuridades y nebulosidades.

Especialmente se refleja todo en la “New Age”, cuyo “credo” lo resume Jean Vernette en lo que llama “los 10 mandamientos de la New Age”. Estos son: 1. Esperarás con impaciencia la era del Acuario; 2. Creerás en el Gran Cambio; 3. Tu conciencia se despertará atentamente; 4. Te ocuparás de tu cuerpo de manera activa; 5. Seguirás a los maestros respetuosamente; 6. Creerás completamente en lo irracional; 7.Venerarás con fidelidad a la diosa Gaia (la Tierra); 8. Refutarás rigurosamente las religiones existentes; 9. Hablarás de los espíritus con toda naturalidad; 10. Te reirás de la muerte, con serenidad.

Esta religión prefiere que el hombre se haga dios y no que Dios se haga hombre. Dios no es una persona sino la más alta vibración del cosmos o la más elevada expresión de la conciencia trascendental. La verdad es creer: “es verdadero porque tú lo crees”; o bien, “aquello es verdadero con lo que te sientas bien”. Cada uno tiene una iluminación interior.

No hay culpa ni pecado, ni redención, ni expiación, ni gracia; no existe el mal, por tanto nadie es responsable del mal. No hay que temer la muerte, pues se da la reencarnación; no la resurrección. La religión consiste en proyectar sus propias expectativas, es una religión a la medida. Es el “pensamiento débil” religioso de una sociedad secularizada e individualista. Se rechaza totalmente el Cristianismo




(7) EL PRINCIPIO DE DIFERENCIA

No hay unidad sino sólo fragmentación, la sociedad se convierte en grupos de símbolos, asociaciones, movimientos. La solidez de partido político, individuo, nación, son sustituidos así




(8) LA TOLERANCIA

Por la comunicación rápida la sociedad actual adquiere las características de ser pluricultural y pluriracial. Es una sociedad sin equilibrio.




(9) EL MUNDO

Se parte de un Ecologismo totalizante que significa el desarrollo sustentable, que se suele conocer como “la Paz Verde” y se coloca como reacción contra los efectos perversos del dominio tecnológico. La afirmación central es que el hombre depende de la naturaleza y no la naturaleza del hombre. El mundo no tiene ni sentido ni valor, no tiene meta alguna que se lo dé. Está desacralizado. No existe más como creación de Dios sino como universo o universos, como mundos infinitos sujetos a las ciencias, llamadas a descubrirlos, a dominarlos, y en caso de prosperidad, disfrutarlos.

El mundo es así incierto, débil y con un futuro impredecible. Es sólo un depósito de cosas y objetos, no tiene ningún orden divino inserto en las leyes de la naturaleza. Las ciencias no miran a la construcción humana sino al progreso como tal; se dirigen a su finalidad práctica, por ejemplo, acrecentar el bienestar, nutrirse mejor, habitar mejor, etc., sin ninguna valoración ética. La técnica y el saber científico son motivados por intereses económicos y contratos comerciales; queda totalmente suprimida la gratuidad. Los horizontes de su esperanza se encierran en lo provisorio y en lo inmediatamente accesible.


The Descent of the Modernists, por EJ Pace, Christian Cartoons (1922)


(10) EL HOMBRE

La vida social se encierra en lo económico y lo político. El hombre se siente perdido y sin posibilidad de integración. No tiene ni sentido ni rumbo; es un “turista”, un “vagabundo”, un “extranjero moral”. La función del sentido de todo lo daba antes la religión. Ahora ésta se relega sólo a lo privado, sin ingerencia ni económica ni política. El hombre se pone en la posición que antes se asignaba a Dios.

Se da un nihilismo en el campo filosófico, un relativismo en el campo gnoseológico y moral y un pragmatismo en la vida cotidiana. El hombre no es más el centro de la naturaleza que bajo el dominio de Dios domina todas las cosas, sino una parte de la naturaleza como las plantas y los animales.

Se habla de las cuatro épocas del hombre: el “primer hombre” fue el de la cultura filosófica griega, el “segundo hombre”, el de la cultura medieval cristiana, el “tercer hombre” el hombre científico de la modernidad; ahora estamos frente al “cuarto hombre”, el hombre del consumo y del audiovisual.




No se rehusa ahora ni la filosofía, ni la religión, ni la ciencia, pero se consideran como juegos lingüísticos en el caleidosopio pirotécnico de un saber pluralístico y disipado: “Dios ha muerto, sin embargo se puede todavía creer en Dios; las dos cosas en el fondo se equivalen” (G Morra 1992)) . Se llega a un sincretismo o a una indiferencia total. Así el hombre postmoderno permanece solo, débil, pobre e inseguro; al perder a Dios ha perdido su propia identidad.

El primero y segundo hombre eran una síntesis equilibrada de historia y metahistoria. Tal síntesis fue destruida por el tercer hombre que sustituyó la religión y la filosofía con las ciencias. En cuanto a la historia de la humanidad se afirma que no hay historia, ni pasado con validez. No hay pasado ni futuro, se vive sólo el hoy en el placer y para el placer, por eso vale la pena ser fuerte e insuperable.

El sufrimiento, especialmente en la fase terminal, no es agradable, ni bueno, ni útil para nadie, por eso no tiene sentido, hay que eliminarlo por cualquier medio disponible: suicidio, eutanasia, etc. Se invita a los superhombres, que Engelhardt llama “cosmpolitas” y que serían los expertos en Biogenética, a que realicen la eliminación ayudando al paciente terminal a "morir con dignidad”.



El cuarto hombre es un hombre sin calidad. Ha pasado de la tecnología de las necesidades a la tecnología de los deseos. Siente sólo deseos que contentar y satisfacer, no más necesidades. Esto lo puede realizar especialmente a través de la forma tecnológica más adecuada que son los medios audiovisuales. El saber filosófico era propio del primer hombre, el religioso del segundo, el científico del tercero, el saber expresivo, del cuarto.

Hay una confusión entre cara y máscara, entre historia y fábula. Los medios de comunicación crean esta confusión de manera que finalmente ni siquiera la fábula exista. Este es el nuevo saber, es el saber del arte o estético.

Así se constituye el hombre radical. Este hombre radical profesa un individualismo total, posesivo y anárquico; se manifiesta en una serie de negaciones: es antifamiliar, antimilitarista, anticlerical, antipartidista, antiestatal. A su espontaneidad atribuye un valor absoluto, con las consecuencias sociopolíticas de liberación sexual, homosexualidad, feminismo, aborto, divorcio, lucha contra los manicomios, contra las cárceles, contra concordatos, abolición de la enseñanza religiosa, etc. Es el hombre de la anticultura radical.

Para este hombre, no es lo mismo persona que individuo. Persona es sólo un conjunto de actividades o propiedades, como las operaciones mentales, la autoconciencia, la sensorialidad, la capacidad comunicativa y la representatividad simbólica. En el caso de que estas actividades no se den, no se es persona sino sólo individuo. Así cuando por ejemplo se mata a un hombre que no es consciente, no se es culpable, pues no se suprime la persona sino un individuo; así explican la licitud de la destrucción de embriones, de la clonación terapéutica, de la eugenesia, la eutanasia, etc.

El único mal es la represión. Nadie debe cohibir a nadie. Al dicho “todos somos pecadores” se contrapone “todos somos perfectos”. Cada uno es la medida del bien. Así cada uno puede usar a los demás y a todo lo que exista como objetos para llenar sus propios deseos. Se es así plenamente libre. Sólo se tienen derechos, ninguna obligación. El poder público sólo se legitima por el principio de utilidad. La felicidad es igual al bienestar y al placer que no consiste en llenar necesidades sino deseos, en consumir objetos, experiencias. El consumismo es el nuevo dios



El hombre radical no tiene ningún límite si no es el contrato. La ley no lo vincula porque ésta se dirige al bien común que se niega. Sólo se acepta el contrato como reciprocidad y sólo en el caso de que sea ventajoso, los contratos que no sean ventajosos no se renuevan. Y cuando la parte en desventaja se rebela, se usa la fuerza de cualquier tipo por parte del fuerte y suprime al débil. Así se legitima la producción, comercialización y uso indiscriminado de cualquier clase de armas. Se pasa de la defensa de los derechos del hombre a la defensa del hombre de los derechos.

El ambiente en el que vive este hombre es el mundo evolucionado de la alta tecnología en el que los países ricos desean dictar las normas a todos, dentro de la globalización económica computarizada, para vivir a costa de los países pobres que no cuentan más que como potencialidades de explotación-inversión, sea de materias primas o de mano de obra barata. Las inversiones se hallan en manos anónimas de sociedades por acciones en las que el único móvil es la mayor ganancia económica de acuerdo a la variación de los mercados.

 En consecuencia tenemos la “ciencia sin conciencia” como expresión del “homo potens”, señor de la vida y de la muerte, quien sin embargo sigue temiendo a la muerte, que ha querido disfrazar, incluso decorando a los cadáveres en las funerarias de lujo, dibujándoles una sonrisa. A pesar de todo, la experiencia comprueba que el “homo potens” en lo profundo se ha vuelto el “homo pavidus”.




No es de sorprender que en un mundo que se quiere estructurar de esta manera nos encontremos con la depresión como el mayor asesino que exista.

Dentro de la cultura de la postmodernidad habrá quienes expliquen la depresión como un conflicto motivado por los viejos tabúes sexuales examinados por el psicoanálisis; o bien por problemas biológicos causados por la serotonina o noradenalina cerebrales; o por lo que llaman conflictos cognotivistas cerebrales; o también que la atribuyan a reacciones llamadas sistémicas porque se pueden curar recurriendo al “sistema” dentro de una terapia familiar; otros recurrirán a las teorías de la Gestalt opinando que la depresión se deba a una especie de molde psíquico, creado por factores endógenos y exógenos, que dentro del instinto de conservación rechaza un evento desagradable.

No cabe duda que hay depresiones debidas a trastornos fisiológicos y que por tanto deben curarse con medicamentos que los arreglen. Otros serán psicológicos, afectivos, o de cualquier otro género; pero en el fondo se encuentra a mi entender toda esta mentalidad postmoderna que hemos tratado de sintetizar y sistematizar, que de una manera más o menos explícita penetra los contenidos culturales de la sociedad actual que nos da la Paralogía de la inestabilidad.

Es el declinar del pensamiento, que se ha llamado con propiedad “pensamiento débil” y que como tal no puede generar otra cosa que la cultura horrenda de la muerte, que provocando en lo profundo un miedo incontrolable se expresa abiertamente en toda clase de depresiones.





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viernes, 22 de julio de 2016

CRISTIANISMO, POSTMODERNISMO Y DEPRESIÓN

Cada vez atrae más atención el concepto de espiritualidad y su relevancia en distintas enfermedades mentales y físicas (ver gráfico). En el caso concreto de la depresión, el tema presenta particularidades especialmente interesantes como las ideas de culpa, el suicidio, etc.

Si hablamos de la Iglesia Católica, se constata una mayor sensibilidad hacia las condiciones y los condicionamientos. De esta manera, el nuevo Código de Derecho Canónico (1983), suavizando la severidad del anterior (1917), ya no enumera los suicidios entre los excluidos de la sepultura eclesiástica y de la misa de exequias.

En este contexto, Rasgos del pensamiento postmoderno y la depresión de  S.E. Card. Javier Lozano Barragán me parece muy representativo del pensamiento de la Iglesia Católica. Recogido en Actas de la XVIII conferencia internacional promovida y organizada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud sobre La depresión 13-15 noviembre 2003, Ciudad del Vaticano, puedes consultarlo en abierto aquí

Publicaciones  sobre religión y salud en Pubmed, y monográfico sobre el tema de la APP


Reflexionando sobre la historia del pensamiento occidental me llaman la atención los ciclos que se presentan: se inician con la presentación de problemas vitales que se pudieran sintetizar en tres grandes polos: Dios, el hombre y el mundo.

Varios pensadores empiezan a tratar de dar respuestas pertinentes, estas respuestas van subiendo de tono hasta llegar a soluciones geniales donde parece que la humanidad ha llegado a su ápice, y da la impresión de que precisamente en ese momento, el pensamiento decae y se debilita de una manera casi total.

En la antigüedad griega, después de Sócrates, Platón y Aristóteles, se perfila la decadencia en las corrientes del Escepticismo, el Epicureismo, y el Estoicismo. En la Edad Media, después de los grandes pensadores que culminan la Escolástica, Abelardo, San Anselmo, Duns Scoto, Santo Alberto Magno, Sto. Tomás, San Buenaventura, etc., viene el Nominalismo con Occam a la cabeza.

En el pensamiento moderno, a los grandes pensadores: el Racionalismo de Descartes, el Empirismo de Hobbes, Locke y Hume, el Idealismo de Kant, Fichte, Schelling y Hegel, sucede el cansancio de la Ilustración, el Deísmo, el Pietismo, la Aufklärung y la Enciclopedia, que aun en su no originalidad todavía pudieron ser en cierta forma ensayos de respuesta universal a los problemas fundamentales Dios, Hombre, Mundo.

Este declive del pensamiento ahora se agrava en el siglo XX y comienzos del XXI por influjo en especial de pensadores como Nietsche, Heidegger, Wittgenstein, Lyotard, y Vattimo, hasta caer, de nuevo como en la antigüedad griega, en el Escepticismo, el Epicureismo y Estoicismo.

Para Nietzche Dios ha muerto y la única norma de moralidad es ahora el super hombre con su voluntad de poder. No hay valores universales y fijos ni posibilidad de conocerlos .

Para Heidegger es verdad que existe un Ser superior, pero es inefable, en cambio se expresa por el lenguaje, no por el pensamiento porque éste ya es una interpretación del lenguaje y hay tantas interpretaciones como lenguajes, por tanto no son verdaderas. La única posibilidad es el oscuro conocimiento místico. El conocimiento técnico ha objetivado al mundo, falseándolo .

Para Wittgenstein la verdad está en el lenguaje cuando lo que dice de los hechos es científicamente comprobable desde la misma logicidad del lenguaje. Los valores, como no son hechos, no son atingibles. Ahora bien, como la logicidad es también un valor y por tanto no es un hecho, así ni ésta se puede demostrar. Además, hay que atender a la diferencia de lenguajes, al “juego del lenguaje”: técnico, lúdico, político, poético, afectivo, etc. En cada juego el lenguaje tiene un significado diferente. No hay un común denominador de estos juegos de lenguaje que se pueda conocer. La Filosofía sólo tiene como objeto clasificar los diferentes juegos que existan. Su función es terapéutica, esto es, reducir al lenguaje corriente y cotidiano lo que se expresa en otros juegos de lenguaje. Dios significa que constatamos el hecho de que muchas cosas no dependen de nosotros y sí dependemos de ellas. Dios es todo el mundo independiente de nuestra voluntad .




Comentando a los autores anteriores Jean-Francois Lyotard dice que los “metarelatos”, esto es, los pensamientos sintéticos universales de la modernidad como el Iluminismo, el Marxismo, el Cristianismo, el Capitalismo, etc. que dan una síntesis omnicomprensiva, son ineficaces e incomprensibles. No tienen validez alguna. El saber sólo se puede expresar según el juego del lenguaje y consiste en la investigación sobre la inestabilidad, a lo que da el nombre de “Paralogía”. Sólo son válidos los “minirelatos” a los cuales se les da el asentimiento por un consenso temporal de los interlocutores, ya sea en el campo internacional, o político, o afectivo, o sexual, o familiar, o cultural. De aquí resulta una pluralidad que no es reductible a la unidad, que no tiene universalidad. Es una invención anárquica del lenguaje. La universalidad metafísica es sólo una fábula. No hay posibilidad de síntesis entre lo heterogéneo del juego lingüístico. El pensamiento postmoderno deshumaniza al hombre para volverlo a humanizar en la inestabilidad .

Para Gianni Vattimo, el ser no tiene objetividad, y por tanto no es universal. Existe sólo la actualidad, la historia no existe, ha llegado a su fin, no hay más novedad. El conocimiento no llega al ser y no obtiene la verdad. Se llega a la verdad sólo a medias y resultan así sólo verdades a medias. El instrumento por el que se llega es el sentimiento estético y poético, retórico; del “homo sapiens” se pasa ahora al “homo sentimentalis”. Es como cuando alguien ve un cuadro, según sus diversos sentimientos lo interpreta y por tanto está sujeto a muchísimas interpretaciones. Así es la verdad, cada quien la ve según sus propios sentimientos estéticos y poéticos y la expresa con los diversos juegos del lenguaje.

La Televisión, por ejemplo, nos da un conjunto de imágenes, pero no es posible tener un fundamento único y universal que las una. La realidad es el cruzarse de varias imágenes, su contaminarse, sin eje central. La sociedad consiste en emanciparse de la realidad, de las diferencias y en la explosión de la multiplicidad. Esto es, el ser universal, los fundamentos estables, la metafísica han tocado a su fin.

Dios existe en tanto es percibido como el Dios del libro, de la Escritura y de la tradición; pero no un Dios de dogmas inmutables, es un Dios poético y estético que cada quien se forma. Especialmente no es el Dios de la Iglesia católica. Así el Cristianismo se seculariza y llega a su ocaso. El hombre recorre el camino desde su centro hacia un término desconocido, “X”. No tiene necesidad de la seguridad extrema que le daba un antiguo mito mágico: Dios.

El mundo es un evento de juego de interpretaciones lingüísticas dentro de diversos horizontes concretos. Este nuevo pensamiento se llama “Pensamiento Débil”, que es el único posible, y que se afirma contra el pretendido “Pensamiento fuerte”, que no pasa de ser un mito, una fábula superada por la postmodernidad.




Rasgos del pensamiento postmoderno y la depresión 
de  S.E. Card. Javier Lozano Barragán, 2003


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jueves, 14 de julio de 2016

10 LIBROS EN ESPAÑOL QUE TODO PSIQUIATRA DEBE LEER

No es ninguna novedad que la lengua de la ciencia  es el inglés, y que sin su conocimiento se cierran muchas puertas tanto en Investigación como en formación. Sin embargo, esta entrada de blog no pretende recomendar lecturas "de segunda categoría" a aquellos que no pueden leer en inglés, sino que procura libros escritos originalmente en Español que aportan contenidos diferenciales a la formación del psiquiatra estándar.

En mi selección quedarán claro dos aspectos:
  • (A) una selección absolutamente idiosincrática;
  • (B) un desconocimiento ABSOLUTO de los escritos en Español procedentes de la América Hispana. Soy consciente de que mi ignorancia, multifactorial, podría haber sido ocultada limitándome a los autores de mi país, pero dado que la fuente principal de visitas de este blog son los lectores de América Latina merezco y espero un duro correctivo en la forma de listados de clásicos olvidados por mi mala formación.


1- ¿TRATAR LA MENTE O TRATAR EL CEREBRO?. HACIA UNA INTEGRACIÓN ENTRE PSICOTERAPIAS Y PSICOFÁRMACOS (2016), de Julio Sanjuán

Muchas personas se han acercado a dos entradas anteriores de este blog, 12 libros que todo psiquiatra debe leer y 12 libros (más) que todo psiquiatra debería leer, y han solicitado lecturas introductorias a la psiquiatría, para empezar desde cero. ¿Tratar la mente o tratar el cerebro? contiene 350 páginas de ágil lectura, y cumple de manera amena, rigurosa y actualizada con esa premisa. Pero además, y este es el motivo para incluirlo en esta lista de imprescindibles, la revisión se realiza de manera personalizada y en compañía de un diálogo interior (incluso autobiográfico) del autor. Esta planteamiento surge de un suceso vital de Sanjuán, un melanoma infiltrante, que le hace replantear sus metas y así escribir un texto muy alejado de la (aburrida) literatura científica moderna.

Además, Julio Sanjuán es uno de los psiquiatras más respetados de España y el introductor en nuestro país de la Teoría de la Evolución aplicada a la Psicopatología, que aparece como otro aspecto diferencial en el planteamiento de su compendio. Profesor Titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Valencia. Responsable de la Unidad de primeros Episodios Psicóticos del Hospital Clínico de Valencia. Coordinador de investigación en la línea Psiquiatría y Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico (INCLIVA) y del grupo G23 de la Red Nacional para la Investigación en Salud Mental (CIBERSAM). 



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2- LA HISTORIA CLÍNICA (1950), por Pedro Laín Entralgo

Esta obra monumental de casi 800 páginas, y con una edición moderna por parte de Triacastela (1998), presenta la Historia Clínica como el documento esencial del aprendizaje y la práctica clínica a lo largo de la historia.

Para ello, Entralgo analiza las primeras historias clínicas contenidas en los libros Las Epidemias I y III del Corpus Hipocraticum. Su elaboración se recuperará en la Edad Media con los Consilea y se mantiene a lo largo del renacimiento denominándose ObservatioSydenham perfecciona su contenido completándose a lo largo del s. XVIII con el método anatomoclínico y del XIX con el desarrollo de técnicas fisiopatológicas. El s. XX representa un rápido crecimiento de pruebas complementarias con aumento de la complejidad de la historia clínica que se convierte en multidisciplinar y de obligado cumplimiento. 

La informatización de la historia clínica conllevará cambios radicales en el s. XXI. Ningún Sistema de Salud se ha preparado para ello y ya se han detectado la aparición de nuevos problemas como insólitas violaciones de la confidencialidad (Ozair 2015), la negligencia del "corta y pega" (Thielke 2007), dudas sobre la propiedad intelectual, la ubicación física, ....


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3- PSICOPATOLOGÍA DESCRIPTIVA: NUEVAS TENDENCIAS (2000), de Rogelio Luque y Jose Mª Villagrán

Estudias listados de síntomas mentales, realizas entrevistas para "capturarlos", pautas fcos para controlarlos, ¿y nunca te han enseñado cómo se forma un síntoma mental? 

Repasa el capítulo "Concepto de psicopatología descriptiva" de Germán Berrios (pp. 109-146) y entenderás porqué no es fácil diferenciar entre las alucinaciones del psicótico, el límite, o el retraso mental, ni diferenciar el pensamiento delirante, del obsesivo, o el trastorno alimentario. En estas páginas Berrios explica de manera detallada el modelo Cambridge de la formación del síntoma mental (ver Fenómeno vs síntoma vs critero diagnóstico operativo). 

Las premisas de este tratado le podrían haber convertido en el mejor libro moderno de psicopatología, pero la gran cantidad de autores y un trabajo de edición irregular hacen que el resultado final del libro sea muy desigual, combinando capítulos excelsos de la mejor psicopatologia (p.ej., la despersonalización, de Mauricio Sierra) y otros muy mediocres.




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4- ADIOS A LA UNIVERSIDAD: EL ECLIPSE DE LAS HUMANIDADES (2011), por Jordi Llovet

En este caso, el libro fue editado originalmente en catalán y castellano. Se trata de uno de mis favoritos. Llovet explica con una mirada sagaz y en primera persona la responsabilidad que han tenido los sucesivos cambios de los planes de estudios y las técnicas de enseñanza en la decadencia del médico y otras profesiones como vocaciones trascendentes. Siguiendo el curso de su biografía intelectual y escrito en un estilo muy ameno, Llovet habla sin reparos sobre el fracaso de la universidad como creadora de élites intelectuales.

Aunque la atención se centra en la formación en las carreras de "letras", es imposible no extrapolar a las "ciencias" en general y a la medicina en particular. Creo que se trata de la mirada más lúcida, y la reflexión más exhaustiva de porqué cada vez hay menos médicos humanistas y más tecnócratas, funcionarios e idiot savants. Como decía Guimón, hemos pasado de brujos a burócratas.

Si estás terminando tu residencia y has echado de menos en la formación la figura del médico como pensador, este es tu libro. 



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5- LAS PSICOSIS ATÍPICAS O TRANSITORIAS. DE LA EPISTEMOLOGÍA AL TRATAMIENTO (2012), por Luis Jesús Fernández, Germán Berrios y Blanca Yániz (editores)

Esta publicación concentra el resultado de la primera edición del curso sobre psicosis atípicas o transitorias que tuvo lugar en la UNED de Tudela en otoño de 2009. El hecho de que no existiera una publicación en castellano actualizada que abordara el tema hizo plantear a los autores la posibilidad de recopilar las presentaciones en un libro. 

Generalmente estos proyectos se traducen en la forma de unos libros muy mal editados, pero en este caso la relevancia de algunos autores y la trascendencia del tema logran una obra más que notable. 

Los cuatro primeros capítulos, escritos por Germán Berrios y cols., son un ejemplo perfecto de cómo contextualizar histórica y conceptualmente una condición clínica, a la manera que nos tiene acostumbrado este autor en el Symposium Internacional de Controversias en Psiquiatría que se realiza todos los años en Barcelona. 

Otros capítulos notables son los dedicados a la saliencia y otras explicaciones psicológicas de las psicosis por JM Olivares, las bouffees delirantes por Rogelio Luque, y la idea delirante psicógena por JM Villagran.

Lamentablemente flojo el capítulo dedicado a las psicosis en inmigrantes.



Este libro se puede complementar con el delicioso PSICOSIS CICLOIDES (1998) por Demetrio Barcia, en el que el autor realiza una apuesta clara y rotunda por la recuperación y renovación del discurso psicopatológico clásico, relegado hoy en día a un lugar secundario.



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6- EL DELIRIO, UN ERROR NECESARIO (1998), por Carlos Castilla del Pino

Hablar de Carlos Castilla del Pino (1922-2009), "el psiquiatra Rojo", siempre son palabras mayores. Amado y denostado a partes iguales su vida es tan apasionantes como su producción intelectual. Su testimonio histórico de la España de posguerra a través de dos libros de memorias, Pretérito imperfecto. Autobiografía (1922-1949) (1997), IX premio Comillas, y Casa del olivo. Autobiografía (1949-2003) (2004), marcaron a muchas generaciones de psiquiatras y le valieron un sillón (letra Q) en la Real Academia de la Lengua Española desde 2003. 

Sin embargo, he seleccionado El delirio, un error necesario (1998), por delante de sus memorias y otros magníficos ensayos como Teoría de los sentimientos (2000), porque reflexiona sobre un tema principal en el que la psiquiatría moderna muestra planteamientos teóricos muy pobres. Castilla del Pino analiza qué condiciones deben darse en el sujeto y en la realidad misma que constituye su entorno para que el delirio surja; luego precisa qué es delirar, cómo se delira, para qué se delira; finalmente, cuáles son esas estructuras mentales próximas al delirio, pero que no lo son todavía, y que denomina predelirio (en lenguaje común, desconfianza, suspicacia, sospecha, celos, envidia)



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7- DISCURSO SOBRE LA ENFERMEDAD DEL REY NUESTRO SEÑOR D. FERNANDO VI (QUE DIOS GUARDE) ESCRITO POR D. ANDRES PIQUER, MÉDICO DE CÁMARA DE S.M (1759)

Cansa escuchar que Bethlam es el primer hospìtal psiquiátrico del mundo, Freud el primero en revelar el inconsciente, Alzheimer en describir la demencia ... Se trata de conceptos complejos, que se construyen, y que dependen más de los registros consultados que de la realidad histórica. Sólo hace falta recordar el adelanto de la medicina y la psiquiatría del Islam respecto al resto del mundo, con ejemplos muy notables en nuestra Península. 

Otro ejemplo es el viejo aforismo "no existen médicos sino enfermos" que se suele asociar con el médico francés Claude Bernard (1813-1878), y que ya era repetido con frecuencia por el médico turolense Andrés Piquer (1711-1772), lo que demuestra que los registros franceses son mejores que los hispanos y poco más. 

La misma linea lleva la eterna discusión sobre los "descubridores" del trastorno bipolar. Desde 1854, Jules Baillarger ("la folie à double forme") y Jean-Pierre Falret ("folie circulaire") mantenían disputas subiditas de tono por el mérito de ser los primeros en realizar una descripción definitiva (¿?). Aquí también se les adelantó en casi 100 años Andrés Piquer, conocido como el Hipócrates español. 

Aunque no soy chauvinista, vale la pena recuperar esta descripción clásica por su originalidad, por afectar a un rey, Fernando VI (1713-1759), y porque existe una edición moderna, EL TRASTORNO BIPOLAR EN EL SIGLO XVIII. NOTAS DEL DR ANDRÉS PIQUER SOBRE LA ENFERMEDAD DE FERNANDO VI (2000), por Eduard Vieta y Demetrio Barcia. El primero es un referente internacional en Trastorno Bipolar y el segundo un autor clásico e inagotable en la recuperación del pensamiento psicopatológico clásico y del que ya hemos destacado su obra Psicosis Cicloide. Ambos realizan un análisis riguroso del trastorno bipolar en el XVIII.



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8- CONCIERTO PARA INSTRUMENTOS DESAFINADOS (1980), por J.A. Vallejo-Nágera

José Antonio Vallejo-Nágera, autor de Locos egregios (1978) -probablemente el libro sobre psiquiatría más vendido en toda la historia en España-, exponía en Concierto para instrumentos desafinados la realidad de los parientes pobres de sus locos ilustres

Su padre Antonio Vallejo-Nágera, como jefe de los Servicios Psiquiátricos jugó un papel clave en la represión franquista al revestir de un discurso pseudocientífico que el marxismo es una enfermedad mental, que existe un gen rojo que hace enfermar a las personas y que lo mejor es que los rojos no tengan hijos o, si los tienen, se les separe de sus padres. Algunas de sus trabajos incluyen afirmaciones como

"La perversidad de los regímenes democráticos favorecedores del resentimiento promociona a los fracasados sociales con políticas públicas, a diferencia de lo que sucede con los regímenes aristocráticos donde sólo triunfan socialmente los mejores." En «Psiquismo del fanatismo marxista», Revista Semana Médica Española, 1939
En mi caso confundir padre e hijo (como me recordaba un buen amigo) me hizo mirar con desagrado gran parte de su obra, que incluye la Puerta de la Esperanza un libro en el que relata los últimos meses de su vida por un cáncer de páncreas.  Si te embarcas en Conciento para Instrumentos Desafinados descubrirás un libro excelente basado en casos reales de los enfermos de la España de los 60s y 70s fruto de su experiencia como director del hospital Psiquiátrico Nacional de Leganés (Madrid) desde 1958. 
  • Joyas en el basurero narra, como si de una carta se tratase, la historia de Higinio, enfermo que padece Esquizofrenia Catatónica. Cuenta sin tapujos como estudiaban su enfermedad, y el proceso de "recuperación" que tuvo. 
  • El orinal de plata trata de un enfermo que padecía delirios de grandeza, por lo que siempre llevaba con él un orinal de plata, símbolo de su título nobiliario.
  • El beso de Judas habla de Manuel. Un paciente con Parálisis General Progresiva, que afectaba a todo su cuerpo, excepto al cerebro. Era el único paciente sin ningún trastorno psíquico, hasta que con el tiempo y el sufrimiento de su estado, comenzó a padecer alucinaciones. 
  • El teniente de tranvías Nos cuenta los problemas de Nicanor con el coronel de un cuartel cercano al hospital, por llevar una gorra del ejercito creyendo que es de conductor de tranvías.
  • El mango de paraguas Faustino tenía su "bolsa del tesoro", una bolsa que contenía todas sus pertenencias y que él llevaba a todas partes. A diferencia de las bolsa del tesoro de otros enfermos, compuesta por toda clase de cachivaches, cartas, y restos de comida, la bolsa de Faustino contenía exclusivamente un mango de paraguas y una foto con un marco. Nadie estaba seguro de donde había sacado ni uno ni otra, y cuando le preguntaban por la foto el contestaba lacónicamente "madre". 
  • La fuga de los grandes capitales cuenta como cuatro enfermos reunieron algo de dinero y se escaparon a Toledo, para buscar “mujeres” a las que conocer. Así lo hicieron. El desenlace de la historia es asombroso. Me recuerda las peticiones de voluntarios sexuales para los enfermos con trastorno mental.
  • El Eufrasio, desde el otro lado del espejo de sus pupilas narra la historia de Eufrasio, un pastor al que a pesar de tener el alta médica, suplicó llorando seguir en el hospital. 
  • Amor en el crepúsculo. Habla trata sobre un duelo: "No doctorsito, no. La pena no me la quite. ¡Es lo único que me queda de ella!"



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9- LA PSICOSIS ÚNICA. ESCRITOS ESCOGIDOS (2003), por Bartolomé Llopis 

Me declaro un profundo admirador de la editorial Triacastela y de José Lazaro, por sus ediciones cuidadas y asequibles de grandes clásicos de la psiquiatría y las humanidades. En esta ocasión, el propio José Lázaro, profesor de Historia y Teoría de la Medicina del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, edita una serie de escritos escogidos de Llopis sobre la psicosis única y además realiza un sugestivo estudio introductorio sobre el tema. 

Habituados a la división kraepeliniana entre psicosis afectivas y no afectivas, se olvida que ha existido un importante grupo de autores que han defendido la existencia de un núcleo común a todas las psicosis. Llopis recogió la antigua tesis y defendió la existencia de un "síndrome axil a todas las psicosis" a través del estudio de la psicosis por pelagra, los delirios de los litigantes y los celos de los alcohólicos.  Junto con otros autores contemporáneos de primer orden como Henry Ey, Karl Menninger, Klaus Conrad y Janzarik, defendieron una concepción unicista de las psicosis hasta que fueron barridos por los DSM. 

En los últimos años ha existido un progresivo interés por la teoría de la psicosis única, a través de los hallazgos comunes en genética o los estudios de continuum (p.e.,Van Os). Durante mi experiencia en Reino Unido me sorprendió el tratamiento sistemático de pacientes afectados con esquizofrenia resistente y algún síntoma afectivo con combinaciones de clozapina y litio, y alegan resultados esperanzadores. Si cae la última frontera (la respuesta terapéutica diferencial), sin duda volveremos a oír hablar con fuerza sobre la teoría de la psicosis única de Llopis y compañía.




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10- ANTHOLOGY OF SPANISH PSYCHIATRIC TEXTS (2001), editado por Juan José López Ibor, Carlos Carbonell y Jean Garrabé

La psiquiatría es la especialidad médica más compleja. Esto no se debe únicamente a que el cerebro es el órgano más complejo, sino también a la relación esencial que se establece entre este y su entorno. De esta forma, la cultura juega un papel destacado en la comprensión de la patología mental. Esto explica la aparición de tradiciones fuertemente nacionalistas en psiquiatría, especialmente durante el sXIX. Aunque las escuelas francesa y alemana son las mejor conocidas, existen otras muchas en UK, Italia, Japón, Rusia y en cualquier lugar del mundo. 

Por este motivo la World Psychiatric Association decidió una serie de antologías de textos psiquiátricos clásicos traducidos de su idioma original al inglés. En 1999 se publicó una primera antología sobre textos clásicos franceses (editado por FR Cousin, J Garrabé y D. Morozov), y en 2001 una segunda antología que recogía más de 35 trabajos de autores españoles clásicos. Aunque Driss Moussaoui, director de la colección, aseguraba en el prefacio que se estaban preparando otras tres antologías sobre Italia, Alemania y Japón (!), nunca más se ha vuelto a saber del proyecto. Tal vez el patrocinador Sanofi-Synthélabo tenga algo que ver.  Yo por mi parte me muero por una antología de textos rusos y japoneses, dos escuelas que creo tienen mucho que aportar.

Me parece imperdonable que los defensores de la psiquiatría transcultural sigan quejándose del poco caso que les hace la American Psychiatric Association y no recuperen material clásico.

En fin, esta antología de textos españoles de casi 600 páginas editados por Juan José López Ibor, Carlos Carbonell y Jean Garrabé recoge muchos de los artículos principales de los psiquiatras españoles ilustres y, al incluirlo, me evita tener que elegir ...

Por supuesto, ni imagines que exista una edición en castellano y la mayoría de los trabajos originales son muy difíciles de obtener.


  • Juan Luis Vives (1492-1540) De Anima et Vita 
  • San Juan de Dios (1495-1550) 
  • Francisco Vallés (1524-1592) Deiis Quae Scripta Sunt Physice 
  • Juan Huarte de San Juan (1526-1588 ?) Examen de Ingenios para las Ciencias
  • Miguel Sabuco de Nantes (?- 1588) Nueva Filosofía de la Naturaleza
  • Andrés Piquer y Arrufat ( 1711 - 1772) History of tbe Illness of King Fernando VI from Its Beginning till February 20th 
  • Mariano Cubi i Soler (1 80 1- 1875) Phrenology and Its Glories 
  • Pedro Mata (181 1-1877) Criterio Médico Psicológico para el Diagnóstico Diferencial de la Pasion y Locura
  • Emilio Pi y Molist (1824-1892) Barcelona Antigua y Moderna, t. II 
  • Juan Giné y Partagas (1836-1903) Tratado de Frenopatologia 
  • Luis Simarro Lacabra (1851-1921) On the Concept of Moral Insanity 
  • Juan Barcia Caballero (1852-1926) De Re Phrenopática 
  • Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) Estructura y Conexiones de las Neuronas 
  • Gonzalo Rodriguez Lafora (1886-1971) Pathogenesis and Treatment of Schizophrenias 
  • José M. Sacristan (1887-1957) Actas Españolas de Neurologia y Psiquiatria 
  • Gregorio Marañón Posadillo (1887- 1960) Obras Cornpletas, Ensayos, t. IX 
  • Antonio Vallejo Nágera (1889-1960) Dementia Praecox y sus Manifestaciones Clinicas 
  • José Sanchis Banús (1890-1932) Diferential Diagnosis between Schizophrenia and Manic-Dep ressive Psychosis 
  • Emilio Mira y López (1896-1963) Current Status of the Concept of Schizophrenias 
  • Ramón Sarro Burbano (1900-1994) Mythologematic Analysis of Schizoparaphrenic Delusions 
  • Roman Alberca Lorente (1903-1966) On the Paranoid Reactions of the Blind (Sanchis Banús Syndrome)
  • Angel Garma Zubizarreta (1904-1993) Cephalalgia 
  • Bartolome Llopis Lloret (1905-1966) Single Psychosis 
  • Luis Rojas Ballesteros (1905-1974) Syndromes Most Frequently Observed in Emigrants 
  • Luis Valenciano Gayá (1905-1984) Paranoid Delusion and Vital Reason 
  • Juan Rof Carballo (1905-1994) Anthropological Medicine und Existential Philosophy 
  • Juan Jose López Ibor (1906-1991) Las Neurosis como Enfermedades del Alma. The Structure of Neuroses. Perception and Delusional Mood (el único autor con 3 reseñas ...)
  • Dionisio Nieto (1908-1985) Cerebral Bases of Schizophrenia 
  • Santiago Montserrat Esteve (1910-1994) Psicologia y Psicopatogia Cibernéticas 
  • Julián de Ajuriaguerra Ochandiano (1911-1993) Operutional Disintegration in Ageing 
  • Manuel Cabaleiro Goas (1918-1987) Pseudoneurotic Schizophrenias 
  • Luis Martin-Santos (1924-1964) Phenomenological Description and Existential Analysis of Some Acute Epileptic Psychoses




Existe una idea similar que reúne a diversos autores de latinoamérica: Antología de textos clásicos de la psiquiatría latinoamericana (2011, reedición 2015). Editada por Villaseñor, Carlos Rojas y, de nuevo, Jean Garrabé, es difícil de obtener a través de los servidores habituales como Amazon, pero existe pdf en abierto. Aunque no lo he leído, la selección impresiona de ser poco pragmática, excesivamente localista, y poco generalizable. Si alguien conoce en profundidad los artículos y sus autores, os ruego una valoración de los más relevantes. 




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