En la anterior entrada del blog se ha expuesto que, la heredabilidad (análisis de la varianza) no indica si las causas son genéticas o ambientales, sólo señala correlaciones.
De esta forma, la postura oficial de las ciencias sociales y la filosofía de la ciencia expresada por numerosos autores como Lewontin (1974), Kitcher (1985, 2001), o Steven Rose (2006), considera que la estimación de la heredabilidad no tiene implicaciones causales y carece de utilidad. Únicamente si el análisis de la heredabilidad se realiza en un contexto causal previamente definido (e.g., cría selectiva de animales de granja), sí puede dar alguna información causal. Además, los escépticos también han criticado la falta de progreso en identificar variantes genéticas causales para la mayoría de los rasgos de elevada heredabilidad, lo que se conoce como la heredabilidad perdida (Missing heritability problem).
Sin embargo los investigadores en genética del comportamiento han demostrado que la heredabilidad de numerosos rasgos cognitivos es similar en muestras de gemelos de Norteamérica, Europa occidental, Alemania oriental, Moscú, la India rural y urbana, Corea, Japón, en británicos, australianos y canadienses, etc (The generability of Genetic estimates, JP Rushton). Resulta especialemente robusta la heredabilidad del factor g de inteligencia general en numerosas culturas (Plosmin 2002).
Autores como Sesardic (2005), Visscher
(2008), o Turkheimer (2011), insisten en que cuanto mayor son las variaciones
ambientales de las poblaciones estudiadas, existe una mayor posibilidad de que la
heredabilidad refleje factores genéticos causales y se pueda extrapolar los resultados a otros entornos.
En conclusión, aunque todos los autores aceptan que la heredabilidad no señala las causas pues sólo indica correlaciones, cuando el análisis se realiza en un contexto causal previamente definido, sí puede dar información causal. Donde discrepan los autores que critican o defienden la heredabilidad (e.g Lewontin vs Sesardic) es acerca de este contexto causal.
Mientras Lewontin
(1974) concluye:
1- Como la heredabilidad es una medida localizada en el espacio y el tiempo no refleja causabilidad genética, i.e. no indica que los genes determinen un rasgo
2- Como la adición (suma) de las causas genéticas y ambientales de los rasgos es una asunción básica para que el análisis de la varianza (heredabilidad) mida la fuerza de la causalidad genética y la adición es rara en la naturaleza el análisis de la heredabilidad raramente refleja una buena estimación de los factores genéticos
3- La heredabilidad es inútil como índice de eficacia de la intervención sobre un ambiente en la modificación de un rasgo tanto en los individuos como en la población.
Por
su parte, Sesardic (2005) matiza:
1- La heredabilidad es una estimación de una población en unos ambientes determinados, pero el número de ambientes en los que se desarrollan los seres humanos no es infinito. Si se estima la h2 en los ambientes dominantes se puede extraer una buena estimación de causalidad genética para otras poblaciones, más precisa cuanto más se asemejen los entornos.
2- Se puede estimar el grado de interacción GxE de numerosos fenotipos, y para la mayoría de los rasgos, trastornos y enfermedades no son importantes.
3- La h2 es un primer indicador de la facilidad de la modificación de un rasgo a través de las intervenciones en el entorno, sobretodo si ese nuevo entorno ya estaba representado en la población estudiada.
CONCLUSIONES:UTILIDAD DEL CONCEPTO HEREDABILIDAD (Gry Oftedal 2005)
1- La posición actual oficial de la Ciencias Sociales y la Filosofía de la Ciencia es de consenso antihereditario y a favor de la interacción genes - ambientes: la heredabilidad de un rasgo no es útil para determinar si las causas son genéticas o ambientales
2- Como defiende Sesardic, el análisis de la heredabilidad, aunque se trata de un análisis en una población concreta, podría señalar causalidad genéticas en ciertos contextos. Anular las causas comunes a través de grupos control y solo tener en cuenta las causas que producen las diferencias de fenotipo en un entorno específico en un método habitual en el estudio de las causas (see e.g., Lush 1994, 159).
3-Existe una enorme dificultad para el control de los entornos en los rasgos de conductas humanas complejas, por lo que siempre resulta difícil saber si el espectro de entornos de la muestra de un estudio es suficientemente amplio. Así, la afirmación de Seardic que el entorno dominante o prevalente es lo más importante resulta ingenuo. No obstante, aunque es muy difícil obtener estudios en condiciones de alta calidad para la estimación de la heredabilidad de rasgos humanos, no es imposible.
4-La información causal solo se puede aplicar a otros entornos si asumimos que el fenotipo es el resultados de la suma de los efectos de los genes y los ambientes, y no de su interacción GxE. Solo se podrá extrapolar la información a ambientes idénticos.
De esta manera, Sesardic y otros algunos argumentan que cuando
se trata del estudio del cáncer y otras enfermedades, estaría justificado
centrarse en las variaciones genéticas, pues el objetivo es descubrir factores
causales para estudiarlos posteriormente y no buscar las bases para el
desarrollo de políticas sociales. Los cambios estructurales en el entorno no
nos importan tanto, y el objetivo del análisis no es tan ambicioso como para el
caso del Coeficiente de Inteligencia. Aunque se asume que los resultados son localizados en el
espacio y el tiempo, se pueden extraer conclusiones acerca de los factores
importantes en los entornos más significativos. En los estudios sobre el cáncer
también se suele asumir que la variabiladad de los ambientes es menor que en
los conductas complejas, como el CI.
Se cree que es más difícil controlar los factores ambientales en
la familia, vecindario o una comunidad que influyen sobre una conducta
compleja, que para los factores ambientales de mayor impacto sobre el cáncer,
tales como fumar, la polución, la radiación, o la toma de hormonas. Sin embargo, el caso de la investigación de los cáncer
relacionados con el tabaco, el alcohol, la obesidad, etc, resulta muy
complicada, por lo que estas afirmaciones son meras especulaciones..
Probablemente cuando Lewontin y otros autores hablan de la
inutilidad del concepto de heredabilidad se refieren a la inteligencia y otros rasgos
complejos, pero probablemente estarían de acuerdo en su utilidad en otros
contextos menos ambiciosos.
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